Campesinos denuncian que fueron torturados por la policía en Curuguaty

Los labriegos detenidos sostienen que los policías los maltrataron física y sicológicamente el día de la masacre. Una denuncia ya fue hecha ante la Fiscalía de Derechos Humanos. La Policía niega todo.

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En los brazos. A. Castro dijo que los policías lo golpearon con puños y con culatas de armas.

Puñetazos, patadas, amenazas, insultos y hasta apretones de testículos. Esto denunciaron, a través de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), diez campesinos detenidos por la masacre del pasado 15 de junio en Curuguaty, en la que murieron 17 personas. Los presos sindicaron como los responsables de las torturas a los policías que los aprehendieron el día de la matanza.

Los abogados de la citada organización de derechos humanos se entrevistaron con los labriegos presos en la cárcel de Coronel Oviedo y estos contaron que las torturas fueron cometidas en la comisaría de Curuguaty y en las patrulleras policiales.

Una denuncia ya fue presentada ante la Fiscalía de Derechos Humanos y está a cargo de la agente Alicia Sapriza.

“El juez José Dolores Benítez (de Curuguaty) admitió en una entrevista con nosotros que él vio rastros de tortura, pero nos dijo que él, como juez, no podía hacer la denuncia porque se iba a convertir en juez y parte”, contó el abogado de la Codehupy Juan Martens.

“Eso es muy preocupante porque demuestra un desconocimiento total de la Constitución y las leyes”, añadió.

LOS TESTIMONIOS. R.A.B., de tan solo 15 años, es uno de los detenidos por la masacre que se entrevistó con la Codehupy. El joven relató que él no era uno de los ocupantes de la estancia Campos Morombí -donde ocurrió el enfrentamiento- pero el 15 de junio fue a llevarle provisiones a su hermano, que sí ocupaba la propiedad.

El adolescente contó que tras detenerlo, los policías le dijeron: “Vos disparaste y sabés dónde están los otros y te vamos a matar”. También señaló que los agentes le decían, cada una hora, que lo iban a matar.

Una vez en la patrullera, el joven fue golpeado en la cara y en las rodillas estando esposado. Según su testimonio, los también policías caminaron sobre él en varias oportunidades.

Sobre el punto, Martens comentó que este es “un patrón común de tortura”, según los relatos de los presos.

De igual manera, Miguel Ángel Correa, un técnico del Ministerio de Agricultura detenido en el hospital de Curuguaty, afirmó que los policías que lo aprehendieron le dijeron que le iban a cortar los testículos “por haber matado a los camaradas”, mientras que le apuntaban con armas de fuego.

El caso de Adalberto Castro y Luis Alberto Olmedo es distinto. Ambos admitieron ser ocupantes de la propiedad y recibieron graves apremios físicos, según contaron. Olmedo recibió golpes en la oreja y en el rostro, mientras que Castro tiene grandes moretones en los brazos. Las mujeres entrevistadas denunciaron ser víctimas de torturas sicológicas, indicó Martens.

“NO HUBO MALTRATO A LOS PRESOS”, ASEGURA EXJEFE POLICIAL DE CANINDEYÚ

El comisario Pablino Vera se desempeñaba como jefe de la Policía en el Departamento de Canindeyú y participó de los operativos policiales realizados aquel 15 de junio en Curuguaty. Vera aseguró que no hubo maltrato físico ni sicológico a ninguno de los detenidos y expresó que las verdaderas víctimas aquel día fueron los policías emboscados.

“Los campesinos siempre hablan así. Cuando fueron detenidos ya fueron puestos a disposición de la Fiscalía. De ninguna manera hubo torturas”, declaró Vera, quien actualmente no tiene cargo dentro de la Policía.

En ese sentido, el comisario dijo que si hubo campesinos lesionados es porque fueron heridos durante el enfrentamiento que dejó como saldo 11 campesinos y 6 policías muertos.

“Ellos pudieron haber sido heridos en el enfrentamiento, porque estamos hablando de un terreno muy difícil, pero no hubo ninguna tortura. Todos los detenidos que estaban heridos fueron llevados a que sean asistidos en Curuguaty”, indicó Vera.

“El único responsable de esto es Rubén Villalba, el líder de los ocupantes que ahora está prófugo. Nosotros (los policías) fuimos las víctimas, si fuimos emboscados”, agregó.

Por su parte, la fiscala Ninfa Aguilar, que estuvo a cargo de los procedimientos ese día, afirmó que no le consta que algún detenido haya sido torturado.

“No tengo conocimiento de eso. Sé que ninguna mujer fue torturada, porque estuve con ellas”, afirmó.

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