Por eso, el mensaje de Milei caló hondo. “Terminar con la inflación es posible, solo debemos quitarles a los políticos el arma monetaria”, lanzó el más votado en las primarias de agosto en alusión al mecanismo de emisión de moneda para financiar el déficit del Estado, causa fundamental según él de la devaluación crónica del peso.
Milei propone además eliminar el Banco Central, que emite moneda pero también monitorea el sistema financiero.
Su idea de abrazar el dólar centraliza el debate hacia los comicios generales de octubre, y es rechazada por la mayoría de los economistas locales, incluyendo otros opositores liberales.
“Sería bueno dolarizar. Con esta devaluación, vendo la mitad y solo ganan los grandes especuladores”, afirma a la AFP Iván Abl, que comercia telas desde hace 30 años en Buenos Aires. Pero luego duda: “¿Con el dólar lo manejarían todo los yanquis, no?”.
En Argentina una vivienda, un auto e incluso los electrodomésticos se venden en dólares.
Tras dos episodios de hiperinflación en 1989 y 1990, el país aplicó un mecanismo de “convertibilidad” que fijaba una paridad 1-1 entre el peso y el dólar, apoyado en privatizaciones y una apertura total de la economía.
La inflación anual bajó a un dígito, pero el aumento de importaciones acrecentó la deuda en divisas, arruinó la industria y provocó una grave recesión. La “convertibilidad” terminó trágicamente en 2001 con una masiva protesta social cuya represión dejó unos 40 muertos. Entonces, el país se declaró en default y los gobiernos se sucedieron a comienzos de siglo.
Reverso. “¿De dónde van a sacar los dólares para dolarizar?”, se pregunta su rival oficialista y ministro de Economía, Sergio Massa, en un contexto de erosión permanente de las reservas internacionales argentinas.
El economista independiente Juan Manuel Telechea dijo a la AFP que el canje de pesos, en 2022, demandaba ya unos 55.300 millones de dólares.
“No alcanzaría con reemplazar solamente la base monetaria (ndlr, el dinero circulante), sino que existe un stock de pesos que, si bien no están en circulación, son el respaldo de los depósitos bancarios en moneda nacional” y que se mantienen en instrumentos de deuda del BCRA, explica el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en un blog que plantea interrogantes sobre la factibilidad de dolarizar.
Desde el campo de Milei, retrucan. “Si vamos o no a dolarizar es una discusión irrelevante porque ya se dolarizó”, argumentó a CNN Radio Emilio Ocampo, el economista en el que se inspiró Milei para su propuesta y hoy asesor del candidato, con referencia a la predilección de los argentinos por el billete verde.
“Es impracticable”, afirma Nicolás Ferreyra, empleado de una cadena de electrodomésticos, a la AFP. “Con los vendedores, hicimos las cuentas y nos dio que vamos a ganar 20 o 30 dólares mensuales”.
Al reemplazar pesos por dólares a un precio de mercado, superior al del dólar oficial controlado por el Gobierno, la propuesta de Milei implicaría, por simple matemática, la reducción del salario medido en divisas. La división podría ser a casi un décimo, alerta CEPA.
Una “locura”. El economista argentino Iván Werning, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), coautor del estudio Crónica de una dolarización anunciada, sostuvo ácidamente que “dolarizar con escasez de dólares apesta”. En cambio, sostiene Werning, “el país debe atender primordialmente su crónico problema fiscal y no perder la capacidad de tener una moneda que le permita reaccionar ante un shock externo”.
“Dolarizar es una locura. Hay otras soluciones”, insiste de su lado Nicolás Ferreyra en la tienda de electrodomésticos. “Pero para que los argentinos volvamos a confiar en el peso... hay que tomar medidas”.