Los choques, que todavía continúan entre hombres armados de la tribu de Ayal Said y el Ejército, se iniciaron después de que los combatientes impidieran a varios técnicos arreglar un oleoducto atacado por ellos.
Las tribus de Mareb han saboteado recientemente oleoductos y torres de electricidad en la provincia para presionar al Gobierno para que responda a sus peticiones.
Entre esas reivindicaciones está la puesta en libertad de detenidos que pertenecen a esos clanes y la mejora de los servicios como las carreteras.