Sergio Cáceres Mercado
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Este superhéroe surgido del corazón de África ya apareció en la última película de El capitán América con un papel importante; esta entrega continúa luego de los eventos de aquella. Pocas veces hemos visto en el universo Marvel el que un personaje tenga su aparición primero como coprotagonista y luego su propia saga. Ni Black Widow, ni Hawkeye, ni Falcon han tenido tal privilegio, quizá porque Pantera Negra tiene mucho significado político dentro de los muchos personajes de Marvel.
La historia está llena de referencias políticas, aunque bien suavizadas. El presidente estadounidense Trump es una de sus víctimas indirectas, al mismo tiempo que otros hechos conocidos que son mencionados. La alusión a los derechos de los afroamericanos y su lucha por los derechos civiles también aparece. De algún modo Wakanda es una esperanza para tantos afrodescendientes que históricamente han sufrido injusticias.
Todos estos elementos, y más, hacen de Pantera Negra una de las más políticas de las producciones de Marvel. Pero no nos engañemos, lo hace en un nivel casi elemental, pues lo que interesa acá es presentar los poderes de este singular superhéroe y la cultura de la cual proviene y no hacer una cinta revolucionaria.
Ningún personaje de los Avengers aparece, y se hace todo lo posible por no mencionarlos. El objetivo es Wakanda y su legado para el mundo, lo que también colabora a la originalidad del filme. Aunque es una África muy distinta a lo que solemos ver, la civilización urbana occidental casi no se ve aunque la tecnología avanzada de los wakandianos es una referencia constante a ella.
Creo que gustará a los aficionados al universo Marvel. Hay suficiente acción para justificar otro superhéroe más, y unos efectos especiales bien utilizados. Una banda sonora más que distinta y una lista de actores donde Andy Serkis y Martin Freeman son los únicos blancos. En síntesis, una perla negra en el universo Marvel.
Calificación: *** 1/2 (buena)