En el área administrativa del Congreso se maneja una nómina que incluye a 32 funcionarios que están en la mira para su jubilación. Algunos de ellos son bastante antiguos, mientras que otros fueron ubicados en periodos recientes por ex presidentes del Congreso.
Entre los beneficiados figuran un piloto. Se trata de Enrique Alberto Fratta Silvero. El Congreso no tiene avión ni helicóptero, pero según se indicó, supuestamente, se encargaba de alquilar aviones en caso de viajes de senadores.
También aparecen varios directores como el de Comunicación, Santiago Caballero.
La Dirección a su cargo tiene múltiples inconvenientes. Trascendió que los funcionarios que integran esa oficina, que son varios, ni siquiera llegan a hora. Una de las asignadas, Patricia Salinas, es una de las imputadas por los incidentes que se dieron el martes pasado cuando una turba intentó impedir que asuma Miriam Arroquia en la Dirección de Recursos Humanos.
Tampoco están establecidas las funciones específicas, y hay más jefes que redactores.
La recientemente destituida de la Dirección General de Asesoría Jurídica, Blanca Florentín de Belloto, es otra de las que tiene que jubilarse.
Esta había sido nombrada por el ex presidente del Congreso Jorge Oviedo Matto, del Unace. En la sesión del jueves pasado, el oviedista José Manuel Bóbeda citó como mérito de la funcionaria haber dictaminado a favor de referentes de su partido, en su carácter de magistrada.
Elvira Angélica Mazza también es una de las nombradas por Oviedo Matto.
Otro de los asesores que fue herencia de un oviedista, el ex senador Enrique González Quintana, es Diego Bertolucci, quien incluso presentó una acción de inconstitucionalidad para no quedarse sin cargo.
En la lista también figuran una jefa de Guías, Didia Isabel Velázquez Ugarte de Quintana, con un salario de G. 7 millones, y un jefe de Eventos de la Casa del Bicentenario de la Música, Persio Villalba.