El enrejado de todas las cuadras que rodean el Palacio de Gobierno y el Congreso fue una medida que se tomó ante el temor de manifestaciones contra el Gobierno.
El cierre causó molestias entre los que transitan o viven en el Casco Histórico de Asunción, cuyas principales calles estaban valladas desde el 25 de enero pasado.
La situación generó más irritación para quienes normalmente transitan por el lugar porque pidieron explicación a las autoridades y no hubo respuestas, por lo que solo les quedó acudir a la denuncia pública ante los medios de comunicación.
Si bien ahora los vehículos pueden circular libremente, las vallas permanecen en las veredas, donde también se encuentran los uniformados, pendientes de alguna orden para volver a bloquear los tramos.
Las calles que fueron cerradas son Paraguayo Independiente, desde su intersección con 15 de Agosto hasta Montevideo, así como O’Leary y Ayolas, en su intersección con la calle Benjamín Constant.
La disposición de vallar las calles fue tomada tras la llegada de un grupo de Ciudad del Este semanas atrás, liderado por Paraguayo Cubas, quien, junto a los concejales Celso Kelembu Miranda y Miguel Martínez, vino a manifestarse contra el Gobierno y el Poder Judicial.
Ambos, sin embargo, fueron detenidos tras la serie de protestas y grafitis que realizaron en Asunción, pero aún así continuaron bloqueadas las calles.
La arbitraria medida se tomó, pese a que el presidente Horacio Cartes no realiza sus actividades oficiales en el Palacio de López y los legisladores siguen de receso, por lo que no hay actividad oficial ni en la sede gubernativa ni en el Congreso.
Ayer, la ciudadanía se mostró cauta sobre la apertura de las calles, pues persiste el temor de que sean cerradas nuevamente en cualquier momento, ya que ahora otro grupo, Paraguay Pyahurá, inicia otra serie de protestas contra el Gobierno.
Las protestas contra Cartes se agudizaron a raíz de la decisión de buscar la enmienda constitucional para la reelección presidencial.