Eduardo González, jefe de la cuadrilla de la Essap que se encargó de este trabajo, explicó que se procedió a destrancar las cañerías del alcantarillado sanitario y a reconstruir el registro ubicado en la referida intersección.
Ante las quejas de los vecinos y autoridades de la comisión vecinal Guillermo Campos, quienes reclaman el cambio de antiguas tuberías de barro a unas de plástico de mayor diámetro, el mismo admitió que esa debe ser una solución de fondo, que en este caso aún no fue contemplada.
María Bernal Insfrán, presidenta de la referida organización barrial, señaló que el panorama es más grave de lo que se ve a simple vista, atendiendo que las conexiones existentes en sus residencias también explotaron y dejaron fluir las aguas negras.
“Se deben cambiar las cañerías de barro que fueron instaladas durante la dictadura stronista. Yo tenía siete años cuando se hizo esa obra y no puede ser que la Essap se resista a cambiar por completo esas cañerías”.
Apuntó que seguirán reclamando a la empresa aguatera hasta que se coloquen tuberías más grandes. “Con este destranque solo descansamos unos días hasta que la cloaca explote otra vez y nos contamine de nuevo”, concluyó.