En la jornada organizada por la cartera de Salud, que se iniciará a las 8.30, se pronunciarán con datos específicos por un mundo sin tabaco.
El Ministerio informó este lunes que cerca de 6 millones de personas mueren al año a causa del tabaco, no solo a través del consumo, sino también debido a la inhalación del humo. Se calcula que un total de 600.000 personas mueren por esta causa.
Ante estos datos alarmantes, el ente informó que además de recordar el Día Mundial sin Tabaco, pone a disposición de la ciudadanía dos consultorios dedicados a atender a quienes deseen abandonar el peligroso hábito de fumar.
Uno de ellos se encuentra en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (Avda. Venezuela c/ Tte. Insaurralde), donde se brinda asistencia, tratamiento y seguimiento a los pacientes gracias al Programa Nacional de Control del Tabaquismo.
Otro consultorio, instalado recientemente, se encuentra en el hospital de Villarrica, desde donde se brinda una atención integral, tanto a fumadores como a pacientes con enfermedades respiratorias crónicas.
Actualmente, uno de cada 10 adultos fallece a raíz de este hábito. La mayor causa de los decesos asociados al tabaco es el cáncer de pulmón y cerca de un 80% del total de las muertes pueden ser prevenidas mediante la eliminación del consumo de tabaco.
El pulmón y el corazón en peligro
“Está demostrado científicamente que el hábito tabáquico perjudica la salud favoreciendo la aparición de diversos trastornos y dolencias, como ataques cardiacos (infartos), accidentes cerebrovasculares (derrames), bronquitis crónica, afecciones pulmonares u otras enfermedades relacionadas”, señala el informe del Ministerio.
El mismo asegura que fumar contribuye también a la impotencia sexual, al desarrollo de úlceras de estómago y duodeno, osteoporosis y diversos tipos de cáncer (de pulmón, bucal, de laringe, faringe y esófago). También predispone a la disminución de la visión.
Asimismo, disminuye la inmunidad a las infecciones en comparación a quienes no fuman. Estas afecciones, además de afectar al fumador activo, pueden llegar incluso a transmitirse a aquellos que están expuestos al humo de tabaco ajeno (fumador pasivo).