Los comandantes de EEUU y de la OTAN en Afganistán critican desde hace tiempo la corrupción endémica instalada en las fuerzas de seguridad afganas, pero 15 años después de la invasión liderada por EEUU el problema persiste con fuerza, dijo John Sopko, el general inspector especial de la Reconstrucción de Afganistán (Sigar). “Los comandantes afganos con frecuencia se guardan los sueldos de los soldados fantasmas que paga Estados Unidos”, explicó Sopko durante una presentación ante un grupo de reflexión en Washington. “La cantidad de soldados fantasmas es significativa, y de a poco asciende a decenas de miles”.
El especialista agregó que hay evidencia de que los talibanes dieron instrucciones a los comandantes en el terreno para que compren armas suministradas por EEUU, combustible y municiones a los soldados afganos. “Hacer eso es más simple y menos costoso para los insurgentes”, explicó durante una conferencia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. La Policía afgana y las unidades del Ejército se hicieron cargo de la seguridad en Afganistán a partir de 2015. afp