Un recurso forestal para honrar al ser querido, parte del recuerdo de un divertido paseo o un atractivo para destacar lo positivo de una comunidad son algunos de los significados de los árboles ganadores. Además de la historia, también existen emotivas anécdotas tras la expedición, para conocer a los colosos del país. Así lo comentó Víctor Ibarrola, director ejecutivo de A Todo Pulmón, ONG encargada del evento.
“En todos los lugares nos dieron un gran recibimiento cuando hicimos la expedición. El más destacado fue en General Artigas, ubicado en el Departamento de Itapúa. Al llegar al lugar vimos un cierre de ruta y nos asustamos. Pensamos que era algo político. Luego nos percatamos que eran universitarios con pasacalles y otros cientos de pobladores dándonos la bienvenida. También hicieron un festival. Luego, una caravana –de prácticamente toda la ciudad– nos escoltó para conocer el ybyra pytã que quedó con el segundo puesto”, comentó Ibarra.
Primer Puesto. El timbó de Colonia Independencia, Guairá, quedó en el primer lugar. Cobró protagonismo luego de un romántico paseo realizado por Nancy Rojas y su marido. La pareja, apasionada del senderismo, descubrió en la zona del cerro Akatî el imponente árbol y decidieron postularlo para hacerlo conocido.
Segundo Puesto. José Paredes y Guido Villalba, dos jóvenes aventureros, tuvieron la magnífica idea de potenciar como un atractivo turístico a General Artigas, a través del recurso forestal del distrito. Se trata del ybyra pytã, segundo árbol más grande, a nivel nacional. Paredes señala que a través de una convocatoria, por las redes sociales y medios radiales, la localidad entera se sumó a la causa y en medio de un gran festejo demostraron al país el tesoro que guardan en el Sur.
Tercer Puesto. En este lugar se posiciona el lapacho, de Alto Vera, Itapúa. El árbol tendría mucho más de 500 años, según ambientalistas y pobladores, por lo que ha pasado por varias generaciones. Fue postulado por Melisa y Natan Rossin, quienes destacaron la importancia de conservar los bienes naturales.
Cuarto Puesto. María Barrios, una adolescente de 17 años, postuló al kurupa’y kuru, de Guayaybí, San Pedro. Fue en homenaje a su abuelo, quien al fallecer le deja como legado el amor a la naturaleza, además de tener el privilegio de habitar la tierra donde su antecesor vivió.
Quinto Puesto. El samu'û de Loma Plata, se encuentra en la propiedad de menonitas. En torno a él existe una conjunción de culturas. El coloso, postulado por Arnold Gossen, ya estuvo mucho antes de la llegada de los extranjeros y fue escenario de fiesta entre los distintos pobladores que habitan el Chaco, durante la expedición.