Cuenta nuestro diario que Santiago Peña, el pasado 9 de noviembre, conocidos ya los audios del secretario del senador Óscar González Daher en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, Raúl Fernández Lippman, dijo en la seccional 195/2 de Luque “Querido Óscar, mucho se te cuestiona, pero solamente al árbol que da frutos le tiran piedras”.
Santi, candidato de Cartes a la presidencia de nuestra República, agregó en dicha ocasión acerca de su “querido Óscar” que “No tenemos que cansarnos de repetir, a nadie le regalan haber sido presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional, a nadie le regalan, con apenas 18 años, haber sido presidente de seccional, a nadie le regalan cada cinco años –durante los últimos 30 años– haber sido elegido diputado nacional, presidente de la Cámara de Diputados, senador nacional, presidente de la Cámara de Senadores”.
El 1 de noviembre, Santi ya había justificado la amenaza de despido que el senador González Daher profirió contra los empleados de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) que se atrevieran a apoyar al movimiento Colorado Añetete. Las amenazas le parecieron “justas y razonables”.
Antes de eso, el 7 de octubre pasado, Santi ya había defendido con igual énfasis a su “querido Óscar” y el diario ABC Color cuenta que sostuvo ese día que “los candidatos de Honor Colorado para el Senado”, de los que González Daher es el número tres, el tercero, “son quienes acompañaron la gestión de este Gobierno”.
Y agregó que “Los candidatos al Senado de Honor Colorado comparten mi visión de Gobierno y van a acompañar mi gestión”. González Daher acompaña a Santiago Peña.
El mismo diario publicó ya el 27 de julio de 2017 la admiración con que Santi hablaba en Itauguá de su “querido Óscar": “Peña puso como ejemplo al senador cartista de Luque Óscar González Daher, de quien dijo ‘ha llegado a ganar elecciones sin ayuda por más de treinta años’”.
Creo que nadie medianamente serio podría negar el compromiso completo, incondicional, demostrado a lo largo de la presente campaña electoral, del candidato de Cartes a la presidencia de nuestra República, con el senador González Daher, un compromiso político, programático, filosófico de Santi con su “querido Óscar”.
Hay que agradecer a Santiago Peña su sinceridad porque ella nos permite decir, sin temor a ser desmentidos por él o por Horacio, que él, Santi, es el candidato de la subordinación de la función pública a intereses sectarios (también defendió la sectarización del magisterio impulsada por el ministro de Educación, Enrique Riera); que es el candidato de la sumisión de la justicia a esos mismos intereses sectarios y aún a otros, pecuniarios; que es, en síntesis, el candidato de los violadores de nuestra Constitución (también defendió, con total desfachatez, el frustrado golpe de Estado del 31 de marzo de 2017).
Si a todo lo anterior sumamos que Santi comparte totalmente, hasta la última coma, la imposición, en nuestra República, del modelo pinochetista (de Augusto Pinochet, dictador de Chile) de presidencia hegemónica que les elaboró el chileno Felipe Larraín, tenemos al verdadero Santiago Peña, el real, el que se trata de esconder con los discursos “técnicos” bajados de internet que usa para tratar de engañar a millones de paraguayos para que voten por él el próximo 17 de diciembre.