Lograron exportar a nuevos mercados en este periodo, con lo que suman ocho en total. (ver infografía). Pese a que los precios todavía son bajos y el volumen exportado es mucho menor en comparación con el mercado local, el empresario dijo que esto se trata de una buena señal.
De hecho, el objetivo es diversificar cada vez más los mercados para la carne de pollo. Por ese motivo, muchas empresas paraguayas están apostando a la tecnología a fin de poder ingresar a mercados que paguen mejor, dijo.
Además, es imperativo invertir en tecnología ya que la producción de pollo, como se venía haciendo, está dejando de ser rentable, explicó Lampert.
De acuerdo a datos del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), la exportación de carnes creció en todas sus presentaciones (porcino, bovino y aviar).
La carne aviar se exportó de enero a marzo por valor de USD 87.720, lo que corresponde a un envío de 51.600 kilos. No obstante, el despojo aviar fue lo que más ingresos generó, mediante una exportación de 784.370 kilos, por valor de USD 443.049, de acuerdo a registros de la mencionada institución.
Estas cifras representan un crecimiento del 100% en volumen, en comparación con el mismo periodo del año pasado, de acuerdo al informe de Senacsa.
Contrabando. Internamente, los productores de pollo siguen luchando con el flagelo del contrabando, que se intensificó desde que se inició la investigación Carne Débil en Brasil, explicó.
Ni bien se enteraron de la investigación y del cierre de mercados a Brasil, los empresarios locales esperaron que la materia prima ilegal se dirija hacia nuestro país, manifestó el productor.
“No sabemos qué calidad tiene, ni si se cuidó la cadena de frío”, dijo. Hizo luego un pedido a los consumidores paraguayos para que, principalmente por su salud, consuman carne de pollo de marcas nacionales.
La ventaja de consumir productos de marcas nacionales es que existe una empresa responsable detrás del producto, que tiene que rendir ante la ley si ocurre cualquier percance, indicó.
Entre los productos de carne de pollo que más ingresan de contrabando desde la frontera con Brasil, figura el muslo parrillero. Lampert explicó que esto se debe a que es la parte del pollo que los frigoríficos no envían a los mercados fuera de América.
Por otro lado, compartió un cálculo que hicieron para estimar cuánto es el porcentaje de consumo que corresponde a productos de contrabando.
En la zona de Asunción y Gran Asunción, que serían las áreas más alejadas de Brasil, se consumen 23 kilos de pollo per cápita al año.
En el Departamento de Alto Paraná, el consumo por persona al año llega a los 18 kilos, señaló. La diferencia de cinco kilos no es precisamente por diferentes hábitos alimenticios, sino que representa la cantidad que no se registra, que es de contrabando.