29 mar. 2024

Primero la máquina, luego la vida es regla dominante en calles capitalinas

La falta de educación vial y el incumplimiento de normas de tránsito convierten a la ciudad en una jungla de cemento donde impera la ley del más fuerte y se antepone a las máquinas antes que a las personas.

Por Pepe Vargas

jvargas@uhora.com.py

Primero la máquina, luego la vida. Esta es –salvo contadas excepciones– la regla que impera en las calles durante las quemantes horas de intenso tráfico en Asunción.

En un recorrido de ÚH por el microcentro capitalino se pudo corroborar que peatones y conductores desconocen la existencia de una ordenanza municipal de tránsito que da prioridad a las personas frente a los vehículos en una esquina.

La voracidad del tráfico se traga las normas y la falta de educación vial de la ciudadanía, incluyendo a los peatones, convierte en una fábula el Reglamento General de Tránsito de Asunción, el cual establece en su artículo 114: “Al llegar a una esquina, los conductores de vehículos están obligados a reducir la marcha, o hasta parar, si ven que una persona apoya el pie en el asfalto con la intención de atravesar la calle”.

En este escenario, la gente de a pie corre en desventaja frente a quienes van a bordo de los bólidos sobre ruedas.

Con resignación, los peatones prefieren esperar el paso del vehículo antes que arriesgarse a cruzar confiado sobre la cebra o franja peatonal.

O, paradójicamente, deciden franquear la calle a mitad de cuadra. La gente naturalizó esto, pese a que también está penalizado en el artículo 82 de la citada norma de tránsito.

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Inaplicable. La ley está, pero no se cumple. Los oficiales de tránsito, consultados por esta hoja, aseguran que no tienen órdenes de sancionar a los conductores por no ceder el paso en los empalmes ni mucho menos a los peatones que crucen en diagonal la calle.

Multan, eso sí, a automovilistas o motociclistas que estacionan sobre una senda peatonal y tapan rampas para personas con limitaciones físicas.

Óscar Leguizamón, director de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) de Asunción, asegura que los inspectores están obligados a hacer cumplir todo lo que indican las normas. “De oficio el inspector debe multar cuando encuentra infraganti que un conductor no cede el paso a un peatón”, refiere al aclarar que son cuatro jornales mínimos (G. 280.620).

Ve difícil, en contrapartida, sancionar a peatones. “No hay una forma legal de multarle al peatón (...) Eso debería controlarse, pero tengo poco personal y responsablemente debo decirle que ese aspecto no estamos viendo”, reconoce.

La PMT cuenta con 297 agentes y para el efecto “se necesitaría para poder paliar en algo un 70% de toda la necesidad de la población asuncena unos 500 efectivos”, calcula. En dos meses más, con la primera tanda de nuevos personales que tienen previsto contratar, habilitarán una Unidad Educativa que trabajará en los barrios para educar a los peatones y conductores sobre cómo transitar en las calles.