19 may. 2025

Presupuesto participativo

Horizonte constructivo

A finales de la década del 80, el Municipio de Porto Alegre, Brasil, puso en marcha un programa de gobierno que atendía las necesidades reales de cada barrio, y lo denominó “Presupuesto participativo”. Esta decisión permitió involucrar a los barrios en la elaboración y posterior control de los gastos comunales y, por ende, en el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores. La idea fue replicada en varias partes del mundo, con algunas modificaciones, pero siempre con el mismo objetivo: lograr el bienestar de la gente, involucrando a todos los sectores.

La aplicación del presupuesto participativo permite la intervención directa de la ciudadanía en la elaboración del presupuesto, con el objetivo de contemplar en el gasto municipal las principales necesidades barriales en materia de actividades e inversión pública.

Como cada barrio tiene necesidades diferentes, este esquema permite atender los problemas en particular y no soluciones generales como brindan muchos municipios actualmente.

Así, por ejemplo, un sistema de presupuesto participativo permitiría al barrio San Jerónimo de Asunción recibir mayor asistencia en materia cultural y turística, para potenciar las bondades de esta zona y atraer así a más visitantes, tanto paraguayos como extranjeros. En el barrio Santa Ana, en tanto, se podría enfocar en las necesidades de ejecutar inversión pública relacionada con el mejoramiento de calles y puentes; en tanto que en Carmelitas permitiría un mejor cuidado de parques y plazas.

Y en ciudades como San Lorenzo o Capiatá, permitiría a los pobladores que habitan en el centro de la ciudad lograr la colocación de basureros para que quienes están de paso tengan un lugar donde depositar sus desechos o promovería el tránsito libre por las veredas; en tanto que en los barrios permitiría mejorar los lugares de esparcimiento y las calles.

Para lograr esto es necesario que las autoridades comunales se trasladen a los barrios un día determinado del mes, con sus principales colaboradores, y realicen audiencias públicas donde los pobladores expongan sus inquietudes y propongan soluciones que puedan ser aplicadas de inmediato.

Involucrar a la ciudadanía en el proceso de toma de decisiones que afecte a su barrio permitirá lograr la comunidad que todos queremos. Para ello, es necesario transparentar el uso de fondos, con lo cual cada poblador sabría cuánto dinero se asignó a mejorar un barrio en un periodo determinado y sabría si fue bien invertido lo que tributó.