08 ago. 2025

No nos olvidemos de los cuatro compatriotas secuestrados

En medio del debate sobre el nuevo intento de enmienda de la Constitución, buscando lograr la reelección, la sociedad paraguaya parece haberse olvidado de los cuatro compatriotas que permanecen secuestrados en manos del grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo. Un angustioso mensaje emitido el miércoles por los familiares del ganadero Félix Urbieta, pidiendo que se les dé información y se reduzca el monto del pedido de rescate, nos devuelve a la verdadera dimensión del drama. Es importante que los organismos estatales no pierdan de vista esta lamentable realidad y redoblen los esfuerzos para que estos compatriotas puedan regresar a salvo con sus familias.

Una angustiosa exhortación hecha el miércoles por las hijas y los yernos de Félix Urbieta a los miembros del grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que mantienen cautivo al ganadero de Horqueta, permite recordar que, más allá de la apasionada discusión que se ha instalado en estos días acerca del plan político para violar la Constitución e intentar la reelección de Horacio Cartes y Fernando Lugo, hay otra dramática realidad en la que cuatro compatriotas permanecen secuestrados ante la incapacidad de los organismos del Estado en revertir la situación.

El ganadero Félix Urbieta cumple hoy 65 días en poder del EPP y sus familiares claman por obtener alguna información sobre el estado de salud en que el mismo se encuentra y a la vez imploran a los secuestradores que reduzcan el monto de dinero que piden para liberarlo, debido a que no tienen medios materiales para cumplir con lo que ellos exigen.

Igualmente, el joven adolescente Franz Wiebe lleva 143 días secuestrado, el colono menonita Abrahán Fehr cumple 497 días y el policía Edelio Morínigo completa 896 días. También los familiares de estas otras víctimas han manifestado de nuevo en forma pública su desesperación ante la falta de información sobre la suerte que están corriendo y la imposibilidad de cumplir con las exigencias de los secuestradores.

El caso más patético es el del suboficial de Policía Edelio Morínigo, quien en la noche del próximo 24 de diciembre pasará probablemente su tercera Navidad en cautiverio, lejos de su familia, mientras su madre ña Obdulia prepara nuevamente el pesebre y dejará un lugar vacante en la mesa familiar, esperando a su hijo contra toda esperanza. En medio del debate que vivimos en estos días, debido a que los oficialistas pretenden presentar de nuevo un proyecto de enmienda antes de cumplirse un año del rechazo del anterior y las obsesiones por la reelección presidencial, no nos olvidemos de estos cuatro compatriotas que permanecen secuestrados.

Es importante que como miembros de la sociedad no acabemos de aceptar y acostumbrarnos a una situación que desde todo punto de vista es ilegal e irregular, porque implica que el Estado paraguayo no es capaz de garantizar seguridad y libertad a todos sus habitantes, al permitir que un grupo armado criminal siga realizando impunemente una serie de secuestros extorsivos y manteniendo a personas cautivas contra su voluntad por temporadas muy largas, que en el caso de Edelio pronto llegará a los tres años.

Mientras existan sensibilidad y solidaridad, movilizaciones, presiones y reclamos ante los organismos del Estado, estos cuatro compatriotas podrán tener la esperanza de poder retornar pronto a salvo junto a sus familiares.