29 mar. 2024

“Los candidatos no encuentran nuevas formas de atraer a los jóvenes”

Faltan solo siete días para elegir un nuevo gobierno. En esta entrevista, la politóloga Sara Villalba nos ayuda a entender las causas de la apatía ciudadana, por qué pueden perder los liberales en Central y por qué no votan los jóvenes.

Foto: UH Edicion Impresa

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Brigitte Colmán

bcolman@uhora.com.py

29 años después del cambio de un gobierno autoritario a una democracia descafeinada –como dijera el columnista de ÚH Alfredo Boccia Paz–, nos encontramos en un país en el que los jóvenes no encuentran su espacio, donde la ciudadanía está harta de los políticos y en la que amplios sectores partidarios –parafraseando a Luis María Argaña– siguen eligiendo al Pato Donald. Sobre estos temas conversamos en esta entrevista con la doctora Sara Mabel Villalba.

–No hay ambiente de elecciones, ¿a qué se debe?

–Por un lado, creo que hay un hartazgo generalizado por los políticos, la gente está decepcionada, está cansada de los políticos tradicionales, no ve figuras nuevas –sobre todo, en cuanto a candidatos a la presidencia–. Ve gente joven, pero gente joven no quiere decir gente nueva, si responden a los mismos sectores. Donde podríamos decir que hay gente más nueva es el Parlamento; a nivel de Senado, en total hay 69 coaliciones, y creo que eso genera ofertas nuevas, pero al mismo tiempo divide mucho a los votantes.

–Se repite mucho que los jóvenes no votan...

–Hay como 26% de jóvenes indecisos, y la cuestión está en saber si esa gente indecisa va a ir a votar porque puede de alguna manera influir en algunos resultados claves, y, en general, el joven está muy descreído del sistema electoral, y de lo que es el voto en sí, porque además los candidatos no han encontrado nuevas formas de hacer campaña, nuevas formas de atraer a los jóvenes y el sistema electoral adolece de muchas barreras para la entrada de nuevas agrupaciones políticas, o sea hace falta una reforma electoral profunda y eso también podría influir en la participación de los jóvenes.

–En Central podrían perder los liberales, ¿cómo se explica esto?

–El motivo que encuentro es el mismo de siempre: hartazgo de los políticos tradicionales. Hugo Javier es una figura mediática desde hace 20 años, tiene una larga carrera haciendo de animador de programas con alto ráting. Tiene cierto carisma, facilidad de trato con la gente, se muestra cercano a la gente, y su imagen es de una persona que surgió de abajo con mucho trabajo; y el elector se identifica con él, el ciudadano promedio se siente identificado con él, no ve una figura distante como los políticos tradicionales. Dice las cosas que a la gente le gusta escuchar y las dice de la manera que a la gente le gusta escuchar. Además el candidato liberal tiene acusaciones –ciertas o no–, eso tampoco le favorece.

–Lo del candidato Pato Donald sigue funcionando...

–Sí. No importa si es el Pato Donald, y además es un Pato Donald simpático... cercano a la gente. Escuché en una entrevista por radio: “Mbaére revotáta hese?”. “Ha porque ha’e ko ogusta a la gente pe”, ese era todo su argumento, se hace cercano a la gente y eso a la gente le gusta.

–Pueden venir Hitler o Drácula, y gustarles a los electores. ¿No habla mal de nuestra política?

–Habla mal del hecho de que los partidos no tengan líderes nuevos; pero también habla de una falta de exigencia del electorado. Pero esa falta de exigencia del electorado no es culpa del electorado, que a su vez está desencantado. A eso se le suma la ausencia de educación cívica, y que el elector no sabe si su voto vale o no vale. Porque en promedio la ciudadanía no ve mejoras sea quien sea quien ocupe los puestos. Hay una falta de educación cívica, que a las autoridades les conviene, porque no conviene que la ciudadanía esté informada y educada en cuanto al sistema democrático, importancia del voto, democracia participativa, etc.

–¿Se mantienen las lealtades hacia los partidos tradicionales?

–Creo sin embargo que hay menos, que los electores no votan en general por lealtad a la generación anterior. Pero en el interior todavía pesa mucho sobre todo porque: punto 1: los jóvenes no van a votar, y ¿cuál es el que va a votar? El voto duro, que es gente adulta que es leal al partido de sus padres de sus abuelos. No incide en los jóvenes, pero justamente son los jóvenes los que no van a votar. Ahí es donde juega un papel clave la identificación partidaria. Y, por otro lado, no hay que olvidar al funcionariado público, que en este caso ha estado muy coaccionado por el partido de gobierno, por la ANR, ahora tiene miedo de perder su puesto, se sabe que firman planillas, se ha denunciado varias veces. El voto del funcionario público es un voto cautivo del Partido Colorado.

–¿Cómo sería una política que motive a los jóvenes?

–Primero, los candidatos tienen que cambiar su forma de hacer campaña tradicional, tienen que buscar nuevos canales de comunicación con los jóvenes y utilizando las herramientas de los jóvenes. Ya sean nuevas tecnologías, mensajes que tengan que ver con intereses de los jóvenes. Por otro lado, tiene que haber una fuerte educación cívica en los planes educativos. Esto es a mediano y largo plazo, para impulsar el deseo del joven, y que entienda que su participación política es importante, y va a ayudar a cambiar la realidad. Pero además tiene que cambiar el código electoral para que haya más posibilidades de fundación de nuevos movimientos políticos; actualmente, hay muchas barreras para los partidos que no son tradicionales, pues el sistema electoral está diseñado para mantener el bipartidismo.

–Considera que a los jóvenes les importan las denuncias de corrupción, la manipulación en la Justicia...

–Yo creo que a los jóvenes les importan, se indignan, les importa en el momento, pero no tienen continuidad. Viven al minuto y hay una cantidad de distractores que reclaman su atención. Por momentos se indignan, protestan y reclaman, pero eso no tiene continuidad y eso tiene mucho que ver con su forma de ver el mundo. Por eso digo que se tiene que cambiar la forma de educación en primer lugar e incorporar la educación cívica, y, por el otro lado, el mensaje que dan los candidatos, si el candidato quiere ganar el voto joven debe cambiar su discurso y sus estrategias.

–¿Acertarán las encuestas?

–Yo lo veo bastante posible. No sé si habrá tanta distancia, tanta diferencia, pero lo veo posible, que el ganador sea del Partido Colorado.

–Si gana el Partido Colorado, puede volver el modelo autoritario, conociendo las raíces del candidato...

–Creo que no solo con la carga que trae, sino con las nuevas prácticas que ya estuvo diciendo en campaña. Casos de SMO, coacción a funcionarios públicos, si coacciona a los funcionarios durante su campaña, qué tanto no va a coaccionar cuando esté ocupando el cargo. Y además el uso de recursos del aparato estatal a favor de su candidatura. Eso ya nos dice cómo puede ser su gobierno excluyente, dirigido solamente al partido. Creo que va a ser autoritario por la herencia, pero sobre todo porque no plantea formas nuevas de cómo ver el mundo o cómo ver la sociedad paraguaya. La gente que lo rodea es gente acusada de corrupción, es la gente que le rodea, no solo es el candidato.

–¿Se puede hablar de un retroceso?

–En derechos humanos, creo que hay un gran retroceso. Hay mayor criminalización de luchas sociales, más judicialización de luchas sociales, más represión de protestas, represión de la libertad de expresión. Sí, definitivamente, hay un retroceso en derechos humanos, como en toda la región.

–Es desalentador...

–Podría no ser tan desalentador si el Parlamento es más plural, si entran nuevos movimientos, nuevas personas, y el Parlamento funciona como contrapeso al Poder Ejecutivo, entonces habrá una verdadera división de poderes; de lo contrario, puede haber una concentración de poderes en el Ejecutivo, pero más que en el Ejecutivo, en el partido de gobierno, en el Partido Colorado. Porque si llega a tener mayoría en las Cámaras, y además tiene el Poder Ejecutivo y además el Poder Judicial responde al partido de gobierno, no va a haber división de poderes que es una base fundamental del sistema democrático.

El perfil
Sara Mabel Villalba estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Asunción, tiene un máster en Ciencias Políticas por la UNA y otro por la Universidad de Salamanca, España, donde también hizo un doctorado en procesos políticos contemporáneos. Actualmente es docente en la UNA y la UCA.

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