10 may. 2024

Los atentados, con arma blanca

Cuchillos, machetes y navajas. El terrorismo islámico está diversificando sus ataques en Europa, pero principalmente el arma utilizada para asesinar.

El ataque era una modalidad que aún no se vio en el terrorismo contra los países occidentales, aunque se conoce que en Oriente Medio es una táctica popular.

Tanto el atentado de ayer en Rusia, los del viernes en Finlandia y Alemania, y anteriores como en Normandía y Niza tienen en común que fueron reivindicados por el Estado Islámico y destacan las armas poco convencionales utilizadas por los perpetradores.

Los rifles de asalto y las bombas habían sido los instrumentos más comunes utilizados por los terroristas, sin embargo, en los últimos ataques han sido sustituidas por otras menos usuales.

Pero está claro que el objetivo que se persigue es el mismo: sembrar el terror y mandar un mensaje de odio. Para ello, los yihadistas se valen de aquello que tengan a su alcance. Para ellos, el fin justifica los medios.

Los yihadistas han adaptado siempre su modus operandi a las condiciones de seguridad de los países en los que actúan. El que haya aumentado el número de terroristas que actúan en solitario es un ejemplo de esta adaptación. Otra muestra de adaptación es el uso de vehículos o armas de fuego en lugar de bombas. Cada vez es más complicado para ellos acceder a los ingredientes para hacer bombas sofisticadas. Por eso, también, tienden a utilizarse explosivos de elaboración casera.

Los militantes yihadistas tienen unos recursos limitados comparados con los de los Estados. Tienen que innovar en cómo operar y en qué tipo de armas utilizan.

Los yihadistas constituyen una red transnacional vinculada simultáneamente a múltiples escenarios de conflicto; es algo sin precedentes.