18 mar. 2024

Las largas horas de viaje cada día causan estrés y trastorno de sueño

El recorrido que realizan en cada jornada miles de ciudadanos en bus o vehículo particular para llegar a la capital repercute en la salud mental y física, alerta especialista. Da claves para paliar estos problemas.

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Aguante. La lucha de cada día en el tránsito para llegar hasta la capital tiene consecuencias en la salud de los trabajadores.

Lunes, a las 4.00 o 5.00. Prepararse para el inicio de una larga semana. Subir al ómnibus lleno en la mayoría de los casos, al auto o la moto. Respirar hondo. Meterse de lleno en el tránsito, ejercitar la paciencia entre bocinazos, humos, ruidos de ansiosos motores y cambios de luces de semáforo. Llegar al trabajo una, dos y hasta dos horas y media después. Cumplir ocho o 10 horas de jornada laboral. Volver a subir al micro, lleno de nuevo, el automóvil o la moto. Meterse de vuelta en la vorágine de bocinazos, llegar a casa, cenar y acostarse. Repetir toda la rutina el martes, miércoles y así durante el resto de la semana.

Lo que pareciera ser la descripción del infierno hecho rutina, ocurre cada día en las calles y rutas del país.

Miles de paraguayos que viven en las ciudades de la Gran Asunción y otros municipios vecinos, deben de levantarse antes de la salida para llegar a tiempo a sus trabajos. El frenético ritmo contribuye a aumentar el estrés y genera otras consecuencias en la salud de los trabajadores, señala la directora de Salud Mental del Ministerio de Salud, doctora Mirta Mendoza.

“Esas condiciones pueden llegar a generar en algunas personas irritabilidad, tensiones musculares, mucho cansancio. Esas son manifestaciones típicas del estrés”, explica Mendoza.

Además de esas señales, menciona que las personas afectadas pueden presentar afecciones sicosomáticas como úlceras, gastritis, problemas dérmicos, etc.

Señala también que tantas horas entre ir y volver al trabajo alteran incluso el descanso nocturno. Por tal motivo el afectado siente que no descansó lo suficiente. La titular de Salud Mental alerta también que un cuadro de estrés no tratado puede derivar en depresión.

El cansancio y el estrés no solo repercuten en el trabajador. También tienen consecuencia en el relacionamiento con los hijos y la pareja. Mendoza recomienda que durante los fines de semana se dé el espacio necesario para la distracción y el compartir con los seres queridos. Sugiere además ejercicios de respiración para los trayectos largos y en el caso de los automovilistas acompañarlos con música.

La calle. Los horarios pico se sitúan entre las 5.00 y las 8.00, aproximadamente. El escenario se repite unas doce horas después en el retorno a los hogares

Sin embargo, a pesar del pasar mucho tiempo viajando, en algunos casos hasta cinco horas entre ida y vuelta para una distancia menor a 50 kilómetros, los ciudadanos se resignan a la rutina diaria. “Qué vas a hacer”. “Hay que tomar con calma nomás”. “Suelo escuchar que se plaguea la gente”. “Algunas veces no faltan los que se apuran y tocan la bocina”, son algunas de las expresiones que reflejan el día a día de los trabajadores que deben venir a la capital. Algunos incluso tomaron con gracia el anuncio del MOPC sobre el tiempo que se recuperaría cuando se termine el superviaducto.

Mariano Sandoval, oriundo de J.A. Saldívar.
Salgo a las 5.00 y llego casi las 8.00. No me pongo a pensar lo que tardo porque me voy a enfermar.

Gladys Alcaraz, residente de Luque.
Me levanto a las 4.00 para llegar a las 7.00. Antes tardaba una hora en venir. Ahora llego en dos.

Lorenzo Matto, ciudadano de Ñemby.
Vengo en mi propio vehículo. En Tres Bocas se tarda hasta una hora para llegar a 4 Mojones.

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