Uno de los ejes de la campaña a favor del candidato de Horacio Cartes a la presidencia de la República es que dicho postulante tiene una gran preparación académica y una excelente formación intelectual.
El grupo Cartes se encarga de hacernos saber a todos que su candidato es ex alumno de la Universidad de Columbia en Nueva York, Estados Unidos, como ejemplo de tal preparación y formación.
Creo que haber cursado estudios de posgrado en la Universidad de Columbia es una experiencia académica maravillosa. Alguna remota idea adquirí porque tuve el privilegio de visitar su facultad de periodismo y de recibir una charla del director de los premios María Moors Cabot.
Para ir a Columbia, el candidato de Cartes estudió inglés en la Pan American International School, ya en sí un privilegio bastante caro. Luego ingresó a la School of International and Public Affairs/Columbia University para realizar un Máster of Public Administration (MPA).
El currículum académico de dicha maestría prepara para “entender los crecientementes complejos asuntos que dan forma a las políticas y proyectos a nivel local y nacional y brindar herramientas administrativas y analíticas para aplicar sus conocimientos a situaciones del mundo real”. Los estudiantes trabajan sobre temas que van desde el “desarrollo económico en Kazakhstan a los problemas ambientales de Japón o al ráting de los bonos municipales o a la administración de Nueva York”.
El candidato de Cartes realizó en ese marco el programa de Gerenciamiento de Política Económica que se enfoca en “entrenar a actores políticos y profesionales en diseñar e implementar políticas económicas en economías de mercado, con fuerte énfasis en los problemas económicos de economías en desarrollo o en transición”.
Toda esa experiencia enriquecedora no debería usarse para pretender engañar al pueblo paraguayo sobre lo que pasar por Columbia puede dar.
Es evidente que su paso por Columbia no dio al candidato de Cartes sino ideas muy rudimentarias sobre el funcionamiento institucional de las democracias: Si hubiera estudiado mejor, en el caso de que hubiera estudiado, a Douglas North –por citar un ejemplo– o la historia del desarrollo económico, el citado postulante no hubiera acompañado el frustrado golpe a favor de la reelección vía enmienda, ni los sucesivos golpes mediante los cuales el grupo Cartes tomó ilegalmente el control de los institutos contralores del Poder Judicial y otorgó funciones irregulares en la Policía y otras instituciones nacionales a los gerentes de dicho conglomerado empresarial.
Si hubiera estudiado algo más que cálculo y técnica, no sería cómplice de la destrucción institucional que impulsa el grupo Cartes, ni de reemplazar nuestra Constitución por otra que restablezca el Ejecutivo hegemónico de Stroessner.
El candidato de Cartes es un tecnócrata, es decir un técnico de la burocracia, de esos a los que le da igual vivir en una dictadura y servir a un proyecto autoritario. Es uno más de los autoritarios como Faure Gnassingbé, actual dictador de Togo o Mikheil Saakashvili, ex presidente de Georgia, que estudiaron en Estados Unidos para perfeccionar dictaduras en sus países (http://bit.ly/2thdKcK).
El candidato de Cartes está bien preparado, pero no para la democracia. Está preparado para potenciar el modelo Cartes, el reemplazo de la democracia.