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Como pocas, el episodio VII de Star Wars fue esperado con una expectación nunca vistas. La presión que tenía encima no era poca, pues posiblemente la saga más conocida en la historia del cine le antecedía. Pero ha pasado el examen exitosamente, en parte, porque no han escatimado gastos en conseguir los mejores actores, especialmente al viejo equipo, y además porque han sido fieles al espíritu de la serie, aunque esto haya significado copiar algunos elementos que ya fueron usados más de una vez. Y en copiar y homenajear viejos clásicos, J.J. Abrams es un experto.
Recordando el episodio I y el IV, este también debe presentar a nuevos personajes y reunirlos. Para eso se recurre a casualidades que ya vimos en aquellos capítulos y que sirven para que los héroes encuentren su destino y la aventura arranque. Pero como esta es una saga que vive de su historia, la aparición de los viejos héroes era lo más esperado y erizó la piel de más de un fanático. Ahí estaban de nuevo, treinta años después, Han Solo, Chewbacca y la princesa Leia, viejos como era de esperarse, piloteando el Halcón Milenario, que también es un personaje junto a los robots R2-D2 y C-3PO. Incluso se contrató por unos minutos (muy pocos para nuestro gusto) a una leyenda del cine, como Max von Sydow, como emulando lo que hizo George Lucas en 1977 al poner a Alec Guinness como Obi-Wan Kenobi. Todos ellos nos hacen sentir como en casa, tal como lo dice Han Solo, y uno de ellos nos traerá una gran tristeza, que muchos seguidores juzgarán como innecesaria y que solo el futuro justificará.
El círculo se había reatado y solo había que esperar que la épica haga su trabajo. Pero había un problema. El vacío que dejó Darth Vader ha sido el principal desafío a mi juicio; los seis episodios han sido prácticamente la historia de su vida y este episodio no ha podido llenar su ausencia. No hay que olvidar que en la trilogía original (IV-V-VI), Vader es central hasta el final junto a Luke Skywalker. Y que la trilogía siguiente (I-II-III) es la historia de Vader desde niño hasta caer en el lado oscuro.
Los nuevos personajes son rostros relativamente nuevos en el cine. Todavía hay que esperar que se consoliden en los episodios por venir. Los tiempos han cambiado también para la industria cinematográfica y ahora tenemos a una mujer como jedi y a un personaje afroamericano más misterioso aún. Solo los siguientes episodios nos aclararán de dónde vienen, qué les depara el destino junto al héroe más esperado, Luke Skywalker, de quien esperaremos todo en el episodio VIII.
Este reinicio de la saga ha sido bueno y promete mucho. No llega a los niveles de los episodios III, IV o VI, que son los mejores, y no puede competir contra el I porque aquel tenía la ventaja de que ya sabíamos quién sería Anakin y Obi-Wan, lo que le daba un sabor muy especial. El episodio VII tenía demasiados mitos que vencer, y en general ha salido victorioso. La fuerza ha despertado y solo queda que los espectadores reanuden el rito de ir al cine y gozar de ella.
Calificación: ***1/2 (buena a muy buena)