Con 40 minutos de retraso y con el cuórum rayando el mínimo (solo 44 diputados estuvieron presentes al inicio), comenzó la sesión de la Cámara Baja con la presencia de Peralta y sus asesores.
Desde un principio, varios legisladores anunciaron que la interpelación de Peralta no llegaría a la censura, debido a que sus pedidos de disculpas sensibilizaban a los diputados. Sin embargo, una información dada a conocer por el colorado Mario Cáceres cambió el panorama.
Cáceres comunicó a sus colegas y pidió explicaciones al ministro sobre una denuncia que Peralta presentó ante la Fiscalía, en donde acusaba a legisladores del Congreso, principalmente a los miembros de la Comisión Bicameral de Presupuesto, de tráfico de influencia y que los legisladores modificaron los sueldos del anexo de personal del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN).
Según la denuncia, Éver Cabrera, titular del INTN, “con dinero o sin dinero llega con facilidad a los legisladores haciendo tráfico de influencias”.
Peralta confirmó la existencia de la denuncia, pero se negó a dar nombres de los legisladores supuestamente involucrados en el hecho y solo atinó a decir que todos los datos constan en el Ministerio Público. Varios legisladores hicieron uso de palabra criticando fuertemente a Peralta.
Bernardo Villalba, también colorado, de manera irónica, le dijo a sus colegas que no tenían por qué preocuparse por la denuncia, porque la esposa de Peralta, Fátima Bernal, funcionaria del INTN, es la promotora de la acusación.
La censura o no al ministro se decidirá en los próximos días, anunció Hugo Velázquez, titular de Diputados.