Sergio Cáceres Mercado
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Desde La última tentación de Cristo, Martin Scorsese no tocaba la cuestión religiosa tan explícitamente. Y lo hace otra vez poniendo el dedo en la llaga, llegando hasta los cimientos de la fe misma. El guion está basado en una novela de Shusaku Endo, así como aquella vez lo fue de Nikos Katzanzakis.
No es fácil decir si la película es una critica feroz al cristianismo o una apología a la versión católica postreformista. Personalmente estoy tentado a optar por la primera. Pero más allá de verla bajo esa dialéctica, podemos entenderla como una reflexión sobre los límites de la evangelización y de los aspectos socioculturales que influyen en su éxito o no.
El director se toma su tiempo en hacer dialogar a sus protagonistas, quienes llegan por momentos a niveles que cualquier teólogo envidiaría. Las razones por lo que el cristianismo no prendió en Japón son bien expuestas, así como las acciones llevadas a cabo por los locales contra los misioneros jesuitas.
El padre Rodrigues, el protagonista narra sus impresiones ante una cultura tan distinta a la suya y que sin embargo abraza la fe cristiana con un fervor nunca visto. Con el tiempo irá entiendo a qué se refiere tal entusiasmo y cómo es que particularmente han recibido la palabra y promesa del evangelio. Las tribulaciones de Rodrigues se narran en voz en off, lo que le da un toque personal e íntimo a la película.
Aunque la presencia del padre Ferreira es clave para poner en punto el argumento de la película, es la presencia de un japonés llamado Kishijiro quien pone el contrapunto a la idea de un verdadero cristiano, al menos a los ojos de Rodrigues. Kishijiro es el alfa y el omega para todo misionero que se precie.
Pero no solo argumentalmente la película es maravillosa, sino también técnicamente. Con una fotografía fantástica, unas locaciones impresionantes y una dirección de arte extremadamente cuidada.
Una producción única, donde la mano de Scorsese deja una vez más su impronta y lo coloca como un director versátil e inquieto.
Estamos ante una realización que no hace concesiones al espectador. Para nuestro mercado es una verdadera rareza que esté en cartelera, y los que no la vieron deben aprovecharla porque difícilmente dure hasta este jueves.
Calificación: excelente *****