EFE
La procesión estuvo integrada por los Acá Verá, el regimiento militar al que pertenecía Díaz, comandante de las tropas paraguayas en la batalla de Curupayty, la más importante victoria del país en la Guerra de la Triple Alianza, que entre 1864 y 1870 enfrentó a Paraguay contra Argentina, Brasil y Uruguay.
Los habitantes de la localidad se acercaron a la comitiva fúnebre para observar el féretro de Díaz, un ataúd de madera que contiene la escultura en yeso del general, y que recientemente fue restaurado por un equipo de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).
En la comitiva se encontraba también el titular de la SNC, Fernando Griffith, y el ministro de Defensa, Diógenes Martínez, quienes destacaron la valentía de Díaz y pidieron que sea tenida en cuenta su importancia histórica.
“Esto es hacer historia, porque después de 150 años somos la generación que está despertando, que está tomando conciencia de lo que significa ser paraguayo, y por sobre todo pone un pequeño manto de justicia hacia la figura de José Eduvigis Díaz”, declaró Griffith, citado por agencia estatal de noticias IP.
Martínez, por su parte, enfatizó que “aún no se ha forjado todo el bronce necesario para honrar la memoria y las gloriosas hazañas guerreras” de Díaz.
La comitiva visitó después el Solar Díaz, a unos 8 kilómetros de Pirayú, donde se encuentra la casa natal del general, cuyos propietarios firmaron este martes un acta en la que expresaron su intención de donar el terreno al Estado paraguayo, explicó Efe Natalia Antola, directora de proyectos y obras de la SNC.
“Son apenas dos hectáreas, pero son muy valiosas, porque en ellas se encuentra la que fue la casa de Díaz. El terreno pertenece a dos familias, que se comprometieron por escrito a iniciar las gestiones para entregarlo al Estado paraguayo”, declaró.
Antola detalló además que el féretro de Díaz quedará en la iglesia de Pirayú hasta el miércoles, cuando será devuelto a los talleres de la SNC, en Asunción, para continuar con los trabajos de restauración.
Hasta el momento se completaron las tareas de limpieza del féretro, del que se eliminaron hongos y termitas, y se construyó una estructura metálica para evitar que el ataúd se desfondara por el peso de la escultura de yeso que contiene.
“Ahora nos queda reintegrar los faltantes de los ornatos del ataúd, y sustituir algunas maderas del fondo del féretro, que se encuentran en mal estado”, dijo Antola, que coordina la restauración.
Agregó que espera que estas tareas culminen hacia el próximo abril, cuando el féretro podrá visitarse en el Museo Nacional de Bellas Artes de Asunción, antes de retornar a Pirayú para su exhibición en el Museo Campamento Cerro León.