Por Marciano Candia
PEDRO JUAN CABALLERO
Alrededor de cuarenta disparos de fusil calibre 7.62 recibió en diversas partes del cuerpo un compatriota que fue acribillado en Ponta Porá en la madrugada de ayer, sábado, mientras que un joven fue apuñalado y muerto en la línea internacional de la capital del Amambay, en horas de la siesta, sumando estas dos muertes a la larga lista de crímenes que casi a diario se registran en la zona con una de las tasas más altas de homicidios en el mundo.
La primera víctima fue identificada como Aureliano Florentín Gómez, de 46 años, de profesión tractorista. El hombre transitaba sobre una motocicleta Yamazuki de color negro, sin chapa, en las primeras horas de este sábado cuando comenzaron a perseguirlo unos desconocidos en un vehículo. Florentín intentó escapar de los matones ingresando hacia el lado brasileño, en Ponta Porá, donde fue alcanzado finalmente por los sicarios, que lo ejecutaron con el arma de grueso calibre.
En este caso intervinieron agentes de la Policía Militar y del Siato (Setor de Investigaçoes e Apoio Tático Operacional) de la Policía Civil, a cuyo cargo quedará ahora la investigación de este nuevo asesinato, que tiene visos de un ajuste de cuentas.
POR 20 REALES. El otro homicidio se registró sobre la línea internacional, entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porá, alrededor de las 13.50 de ayer, sábado.
Esta vez, la víctima fatal de la violencia fue identificada como Rodrigo Gómez Reyes, paraguayo de 22 años.
Según testigos del hecho, la víctima tuvo previamente un altercado con otro sujeto de nombre Aníbal, quien lo apuñaló; el motivo fue que Gómez Reyes fue junto a Aníbal con la intención de cobrarle la suma de 20 reales. Pero el requerimiento ofuscó al tal Aníbal, quien reaccionó de manera violenta, acabando con la vida del hombre.
Ambos serían consumidores de drogas, de acuerdo a informes de la Policía.
En el 2016, Amambay lideró el ránking de las zonas más violentas con una tasa de 100 homicidios por 100.000 habitantes. En los años 2013 y 2015 la tasa promedio había llegado a 87 muertes por cada 100.000 habitantes.