Por Sergio Noe
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La incipiente industria del cine nacional no solo está generando más producciones, sino que comienza a dar sus pasos en otros mercados, ya sea con la exhibición comercial en festivales mundiales o ferias fílmicas, como con la adjudicación de premios y nominaciones, generando así la posibilidad de exportación.
Este año, Paraguay participó por primera vez como bloque en un stand en el mercado cinematográfico Ventana Sur, realizado recientemente en Argentina, donde llevó unas ocho producciones del país.
En esta feria fílmica participaron el documental Chicas Nuevas 24 horas, El Tiempo Nublado, Esperanza, La Chiperita, Latas Vacías, Mangoré, por amor al arte, el documental Guaraní, de Luis Zorraquín; y el filme Matar a un muerto, de Hugo Giménez, ahora en desarrollo.
Entre estas se destacan El tiempo nublado, de Aramí Ullón, que fue preseleccionada para el Oscar de la Academia de Cine de EEUU como mejor filme extranjero, siendo la primera en la historia del cine local en postular a estos galardones.
“Esto es un logro para el país. Esto sienta un precedente y abre puertas no solo a mi filme, sino a todos los que vendrán en años siguientes. Es también un logro de los audiovisualistas que lograron organizarse bien”, revela Aramí Ullón.
Asimismo, la producción de Ullón fue preseleccionada junto a otras 13 cintas para competir como mejor película iberoamericana en los Goya, de la Academia de Cine de España, siendo la tercera del Paraguay en estos premios.
OTRAS. Miguel Rodríguez, actor y productor de Latas vacías, manifiesta su “gran satisfacción” porque su producción participó este año en Canadá, EEUU, Brasil, Argentina y Uruguay. “Estos logros internacionales también son un paso enorme para un cine tan incipiente como el nuestro, que necesita de su identidad para demostrarle al mundo que Paraguay existe en paisajes e historias, y por sobre todo, en la cinematografía”, dice.
El productor destaca, además, el desempeño del filme rodado en Coronel Oviedo, considerando que el fuerte de la producción se concentra en Asunción. “Pese a que no hay ley de cine, necesitamos de coproducciones internacionales, donde los fondos son claves y posibilitan el desarrollo de muchos proyectos. Estamos avanzando con nuestro cine, se abren las puertas del mundo y en el 2016 más filmes nacionales nos sorprenderán”, acota Rodríguez.
Felices los que lloran participó este año en el festival del Vaticano y en el Washington West Film Festival, donde logró premios, y ahora tiene cuatro candidaturas en el International Fest International 2016 de Londres.
Marcelo Torcida, director del filme, expresa que el cine local en el exterior “demuestra tener un gran potencial para exportar talento y creatividad”. “Si el país desarrollara estas potencialidades, generaría más intercambios y podría influenciar en este tipo de economía, hoy incipiente”, dice.
Mangoré. En tanto, Leo Rubin, productor de Mangoré, por amor al arte, valoró como “positiva” la reciente exhibición en el Festival de La Habana, en Cuba. “Con la seguidilla de filmes paraguayos durante este año, creo que esto habla bien de esta incipiente industria que se crea, con figuras nuevas en este mercado. Quizás atravesamos un buen momento dentro del cine paraguayo”, dice Rubin, quien ya recibió ofertas para producir otros filmes.
Jorge Bedoya, director de Luna de cigarras, señala que la salida de su filme posibilita la creación de una red de relaciones que facilitará la distribución de esta y de su próxima película, además de abrir puertas para el futuro.