Asimismo, mucha gente aprovechó para ir a los cementerios a visitar a sus seres queridos fallecidos, ya que la fecha también es aprovechada para rezar por sus almas y pedir por su descanso eterno.
Uno de esos núcleos familiares es el de los Antar, en el barrio Bernardino Caballero, de Asunción, donde entre parientes y vecinos se dedican a preparar el nicho donde se coloca el kurusu jegua, que es una cruz adornada, para orar y luego repartir el mencionado alimento.
Jorge Antar, uno de los integrantes de esta familia, explicó que fácilmente esta actividad tradicional tiene 85 años y fue iniciada por su tío ya fallecido, Diómedes Antar.
“Un mes antes se asegura la elaboración de las chipas y el altar lo hacemos en cuatro días. Son más de 3.000 chipas y 1.200 rosarios de maní y caramelos que repartimos a quienes nos acompañan a rezar”, puntualizó.
También, en el barrio Inmaculada Concepción, de Fernando de la Mora, Zona Sur, la familia García lleva décadas en la tradición de evocar el kurusu ára en su comunidad. Como todos los años, con el acompañamiento del Grupo de Estacioneros de Santa Catalina de Siena.
Vecinos, amigos y parientes se congregaron en su residencia para orar y luego saborear las chipas.