En el trayecto en medio del río, bajo la lluvia y en el bote, asistió a su hermana para el nacimiento de su sobrino, que llegó al mundo media hora antes de alcanzar el hospital de regional.
Rosibel dijo que su hermana le pidió que viaje con ella. “Durante el viaje en plena madrugada, ya no aguantó más y tuve que asistirle, ya que iba a nacer el bebé”, comentó al rememorar que dijo a su hermana que no tenga vergüenza. “No tenía ni las herramientas necesarias, pero hicimos un esfuerzo para que nazca el bebé, solo teníamos una linterna que mi cuñado atajaba para alumbrar, ya que estaba oscuro y todo pasó en medio del río, con la deslizadora en plena marcha y bajo la lluvia, donde nos mojamos todo”.
El señor que iba manejando la pequeña embarcación no detuvo la marcha por temor a que ocurra algo grave y para que podamos llegar rápido al hospital.
“Cuando nació el bebé no tenía nada para cortar el cordón umbilical, por lo que tuve que mantener apretado con la mano hasta llegar al hospital donde le asistieron al bebé y a la madre”, refirió.
Rosibel tiene 26 años, se recibió de licenciada en enfermería hace un año en una universidad de Santaní, actualmente busca un puesto laboral, y le gustaría prestar servicio en su pueblo.
Lamentó que en la comunidad no tengan médico permanente, obstetra ni los equipos necesarios. AM
