Al son del coro Las Teresas, María José Zavala Acosta y Álvaro Carísimo Quevedo se juraron amor eterno ante el altar de la iglesia San José. Luego de la romántica ceremonia ofrecieron una fiesta de bodas en la residencia Gorostiaga Zavala, que fue ambientada por Elvira Llano. En la noche se sirvió un bufé de pastas preparado por Álvaro Paredes y los dulces de De la casa Pederzani. La coordinación tuvo el sello de Clara Costanzo. Las fotos para el recuerdo fueron de Artemio Rojas. Para la ocasión, la novia lució un diseño de Irma Mereles.