19 abr. 2024

EEUU no será intimidado, afirma Trump al recordar horror del 11-S

AFP

Homenaje.  Trump y su esposa durante un minuto de silencio por el 11S en la Casa Blanca.

Homenaje. Trump y su esposa durante un minuto de silencio por el 11S en la Casa Blanca.

WASHINGTON - EEUU

El presidente Donald Trump homenajeó ayer a las víctimas de los atentados del 11 de setiembre de 2001, y afirmó que el país no olvidará jamás lo ocurrido y no se dejará intimidar por terroristas.

“El horror y la angustia de aquella jornada sombría están grabadas en nuestra memoria para siempre”, dijo durante una ceremonia en el Pentágono, donde hace 16 años se estrelló uno de los cuatro aviones comerciales secuestrados por militantes de la red yihadista Al Qaida.

En la visión de Trump, los atentados de ese día, que traumatizaron a EEUU y motivaron luego las invasiones de Afganistán (2001) e Irak (2003), cambiaron al mundo, pero también al país.

“EEUU no será intimidado”, dijo el presidente, advirtiendo a “los terroristas que han tratado de quebrar nuestra determinación”.

“Haremos que no encuentren nunca un refugio para lanzar ataques contra nuestro país. No encontrarán ningún lugar dónde esconderse en el planeta”, aseveró.

Poco antes del acto en el Pentágono, Trump y su esposa Melania observaron un minuto de silencio en los jardines de la Casa Blanca.

Como ocurre cada año desde los atentados, la presidencia estadounidense recuerda el exacto momento en que el primero de los aviones impactó contra una de las torres del World Trade Center, en Nueva York.

Simultáneamente, se realizó un minuto de silencio en el predio donde se encontraban los edificios del World Trade Center y ahora se alza el rascacielos bautizado Freedom Tower. En la llamada zona cero, donde estaban los fundamentos de las torres destruidas, se encuentran ahora dos enormes fuentes de granito que recuerdan a las víctimas del atentado.

Ayer lunes, participaron de la ceremonia el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y su antecesor en el cargo, Michael Bloomberg.

Como cada año, turnándose en pares, familiares de las víctimas procedieron a la lectura de los nombres de los casi 3.000 muertos.