El secretario de Estado, quien ayer rindió un informe al presidente de la República sobre el panorama climático que se tiene para el futuro inmediato, aseguró que están trabajando en un escenario totalmente diferente al de una altura de 7, 8 y hasta 9 metros del río Paraguay, como consecuencia del fenómeno de El Niño.
En ese sentido, dijo que nuestro principal afluente hídrico en el Puerto de Asunción llegará a un máximo de 6,50 metros. Ayer, el caudal se quedó en 5,60 metros.
“Tenemos pronósticos de lluvias en estos próximos tres meses y, en algunos casos, de ausencia de agua por la presencia de La Niña. Hay directrices para ir ajustando todo lo necesario a fin de asistir a algunas comunidades y poblaciones que pudieran ser afectadas por este fenómeno y de El Niño, que está decreciendo en sus efectos”, insistió.
Puntualizó que la secretaría a su cargo se encuentra en condiciones de brindar asistencia a toda la gente que busque retornar a sus hogares o las que pudieran sufrir los efectos negativos de la seca de agua.
Actualmente, en la capital se tienen 137 refugios habilitados oficialmente, donde se encuentran instaladas alrededor de 12.300 familias que fueron evacuadas de sus asentamientos anegados, según informó Aníbal Arias, coordinador del Consejo Municipal de Emergencias y Desastres de Asunción (Comueda).
PANORAMA. En un recorrido por varios puntos de la ribera asuncena, se pudo apreciar que a medida que va cediendo la inundación, las calles y casas quedan llenas de basura, efluentes cloacales y barro, que despiden un nauseabundo olor que torna inhabitable esos lugares.
Insectos de todo tipo, desde moscas y mosquitos hasta alimañas como víboras y ratas de gran tamaño también sobreviven en estos sitios y tornan peligroso el regreso de los ribereños a sus viviendas luego de meses de haber estado anegadas.
En el barrio Santa Ana, en un sector de la calle Antequera, desde 42ª Proyectada hacia el río, los empedrados están hundidos y deformados y acumulan un líquido pestilente frente a las residencias y en los mismos patios. En este sector capitalino solo viven las personas que tienen construcciones de dos plantas y que en todo el tiempo en que duró la crecida se mantuvieron en sus casas, movilizándose diariamente en botes.
El reclamo de la gente que aún se mantiene en los asentamientos existentes en cuarteles y espacios públicos de la ciudad es que las autoridades municipales y de la SEN se encarguen de la limpieza de las zonas de la ribera, de manera que se pueda realizar efectivamente el operativo retorno.
Arias aseguró que realizan esa tarea en aquellos puntos donde se tiene certeza de que el agua, en caso de subir, ya no llegará a esa altura.