¿Cuál es la educación que queremos? Es una pregunta que no es tan recurrente, a pesar de lo mucho que se habla sobre lo educativo en todo el mundo y en particular en nuestro país.
Educadores, filósofos, sociólogos y expertos aseguran que es la pregunta correcta que debe hacerse toda sociedad para iniciar el camino hacia la tan mentada calidad educativa. Siempre refiriéndose principalmente a la educación escolar básica y la educación media. Quizás el último en lanzar esta teoría fue el investigador colombiano Bernardo Toro, quien brindó una charla el viernes pasado sobre la educación en el siglo XXI.
“El sistema educativo no está orientado a motivar”, indican por otra parte desde el grupo español Big Van, científicos sobre ruedas. Alegan que esta falta de motivación es lo que hace que los jóvenes pierdan el interés por asignaturas como matemáticas o ciencias.
¿Podría ser la búsqueda de motivación una de las vías para cambiar las cosas en la escuela?
Otro grupo de españoles también se hace en parte este planteamiento, con una propuesta denominada Horizonte 2020. El programa lo desarrollan los jesuitas en institutos educativos de Barcelona.
Horarios flexibles, sin asignaturas ni tareas, a base de proyectos y una nueva arquitectura escolar sin demasiado presupuesto son básicamente las propuestas del proyecto de Cataluña. Este modelo ya llegó al país el año pasado y pretenden implementarlo en colegios privados como el Cristo Rey y Las Teresas.
¿Cuál es la educación que queremos? Preguntaron también los sociólogos en el primer Congreso Paraguayo de Ciencias Sociales que se realizó recientemente.
Allí presentaron el informe Una mirada social y cultural a la participación de los padres y madres en el sistema educativo. El documento desnuda la escasa oportunidad que les otorga el Estado a los padres para incidir o debatir sobre la calidad de la educación que reciben sus hijos, alrededor de 1.500.000 matriculados en los institutos de gestión oficial.
¿Deben los padres tener mayor protagonismo en el sistema educativo? O, ¿debe ser esta una discusión meramente del Estado mediante sus técnicos y educadores?
Lo que plantea el ministro de Educación, Enrique Riera, luego de su viaje a Asia, es la implementación de la tecnología en el aula, con la entrega de tabletas y conexión a internet en las escuelas públicas. Pero ¿es suficiente la tecnología con el sistema educativo vigente?
Y la inversión del Estado, ¿es suficiente?
Paraguay llega al 3,7% del PIB en el sector, cuando nuestros vecinos ya superan el 8%. Mientras solo algunas personas se preguntan qué es lo que necesitamos, el país figura último en cualquier ránking educativo. Es último en inversión, último en cuanto a resultados de aprendizaje y también en infraestructura escolar.