12 may. 2024

“Con esfuerzo y tenacidad todo se puede”

Talentosa.   María Paz Vaesken Acosta es una apasionada de la música, especialmente del violín.

Talentosa. María Paz Vaesken Acosta es una apasionada de la música, especialmente del violín.

María Rosa Rolón

“Pensé que si yo no probaba, nunca sabría si iba a poder o no. Me dije: Voy a probar, y si puedo, perfecto, y si no, vuelvo a mis clases particulares”, recuerda María Paz Vaesken Acosta (35) acerca de su ingreso al Conservatorio Nacional de Música (Conamu), para hacer carrera en el ámbito de la música, con énfasis en violín.

Para la joven, su ceguera nunca fue un impedimento para cumplir sus metas. Ella y su hermana melliza nacieron a los 6 meses y estuvieron en incubadora, lo que provocó la pérdida de visión. “El oxígeno que nos pusieron, si bien ayudó a desarrollar los pulmones, causó algo que se llama fibroplasia retrolental o retinopatía de la prematuridad”, explica.

Pero gracias a su perseverancia, Pacita obtuvo el título de sicóloga en la Universidad Católica y se recibió con honores en el Profesorado Superior en Violín. “Te tengo una noticia, me dijeron desde el Conservatorio, sos la mejor egresada, medalla de oro. En mi discurso les dije a mis compañeros: ‘Hagamos música que libere los corazones afligidos, que enamore, que describa la belleza de la naturaleza, que desate las cadenas del odio y la avaricia y que denuncie las injusticias’. Y les incentivé a seguir estudiando, que con esfuerzo y tenacidad todo se puede”, expresa María Paz.

La artista recuerda que un profesor le dijo que para ella sería muy difícil estudiar en un conservatorio de música. “Me dijo que iba a ser muy difícil porque acá en Paraguay no hay un sistema braille para leer las partituras”, rememora la joven.

De todas maneras, probó suerte y asistió a una charla para estudiantes nuevos en Conamu. “En esa reunión te dan la demostración de todos los instrumentos que tienen. Y al día siguiente te toman una prueba básica. Te piden hacer un ritmo determinado y te hacen preguntas. Luego de una semana vi que ingresé. Me puse muy feliz”, señala.

SUS INICIOS. María Paz siempre estuvo adentrada en el mundo de la música. Su pasión por el violín empezó a los 18 años. “Siempre cantamos en casa. Mi papá canta y antes componía. También practiqué guitarra, flauta y teclado cuando era niña. Con el violín empecé luego del colegio, con un profesor particular”, manifiesta.

Luego de tres años de estudios particulares, María Paz se dio cuenta de que el violín era algo más que un hobby. “Quería algo más serio y decidí averiguar cómo entrar al Conservatorio”, sostiene la hoy Medalla de Oro.

PROCESO. La violinista señala que para ella no significó una gran dificultad el aprendizaje del instrumento de cuerdas, a pesar de sus problemas de visión. “Al principio mi profesor particular me iba diciendo las notas y yo iba tocando. Luego me traía discos del método Suzuki, que tiene músicas fáciles y luego más complicadas”, menciona.

En el conservatorio sus clases de solfeo las grababa y las aprendía de memoria. Las clases teóricas rendía de manera oral. “En el colegio había aprendido a usar las máquinas de escribir para dactilografía, para que las profesoras puedan leer y entender, porque braille no sabían. En el conservatorio alguien se enteró y me dijo que use ese mismo método. Para mí fue un desafío”, señala.

En cuanto al instrumento, al principio le explicaban el punto de contacto del arco sobre las cuerdas. “Hacía ejercicios para el manejo del arco, y para saber cuál es la distancia entre un dedo y otro, y fundamentalmente el oído te ayuda a saber si lo que tocabas estaba afinado o desafinado”, rememora.

María Paz agradece el apoyo de su familia, sus compañeros y profesores, pues fue fundamental para su desempeño. “El apoyo de mis padres, de toda mi familia, siempre sentí. Sin ellos no hubiera podido llegar, no iba a poder hacer tantas cosas en la vida. Mis compañeros y profesores me tuvieron muchísima paciencia”, expresa.

Su objetivo ahora es obtener un trabajo relacionado a la música. “Siempre pensé que iba a vivir de la sicología y la música iba a ser un complemento. Y me fui dando cuenta de que la música es lo que realmente me apasiona”, finaliza.


Les dije a mis compañeros que hagamos música que libere los corazones afligidos, que enamore, que describa la belleza de la naturaleza.


Estudios
María Paz Vaesken Acosta se recibió de bachiller en el Colegio Las Almenas, y de sicóloga en la Universidad Católica. Estudió 10 años en el Conservatorio Nacional de Música (Conamu), donde obtuvo, con Mención Honorífica y Medalla de Oro, el título de profesora superior en violín.


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