Un pasajero bajó una silla de madera sobre el asfalto. Una joven apoyó sus pies para descender presurosa de la carrocería del camión que la trajo, de algún sitio del área metropolitana, hasta Calle Última donde empieza Eusebio Ayala.
En sus brazos colgaba una canasta repleta de remedios yuyos. Para ella, no hubo huelga como para otras miles de personas que debieron ingeniarse ayer para ir a cumplir su rutina laboral. Algunos, para asegurarse el pan de cada día, otros para evitar que sus jefes les apliquen descuentos por llegada tardía.
El servicio de transporte público se resintió en las primeras horas de la víspera durante el primer día de la huelga general y paro cívico. Esto a pesar de que tanto el Gobierno como el sector empresarial garantizaron que las unidades de transporte trabajarían con normalidad desde las 5.30 y 6.00, siempre que no se registren actos vandálicos en el marco de la medida de fuerza organizada por la Plenaria de Centrales Sindicales del Paraguay.
La jornada de protesta, que prosigue hoy con un paquete de reclamos gremiales y sindicales, transcurrió de forma pacífica, sin hechos de violencia ni daños a parabrisas de unidades de transporte; al menos en Asunción y Central.
Para los automovilistas y las personas que salieron temprano de sus casas fue una jornada complicada. Los atascos del tráfico en principales tramos de acceso a la capital y la angustiante espera –en promedio de una hora– en las paradas de buses, constituyeron un fastidio para la ciudadanía.
Esta imagen se repitió a lo largo de la ruta Transchaco y Artigas; ruta Mcal. Estigarribia y Eusebio Ayala; Mariscal López y Avda. Fernando de la Mora y Acceso Sur.
Mientras muchos no dudaron en viajar en camiones, no pocos se atrevieron a montar en bici o motos para poder llegar a destino. Tampoco faltaron quienes acordaron con el vecino o amigo un aventón hasta el centro. “Hay gente que quiere trabajar, más ahora que llegan las fiestas de fin de año. A muchos se les descuenta 30.000 a 40.000 guaraníes por llegar una o dos horas retrasadas en su trabajo. Y eso perjudica al bolsillo”, opinó José Peña, empleado del sector privado.
Entre las 7.00 y 9.00 empezó a normalizarse el servicio de transporte, en especial los buses climatizados. La mayoría se quejó de la falta de vehículos estatales para paliar el déficit.
El Ejército anunció que hoy volverá a sacar 12 camiones y cuatro micros para trasladar desde distintos puntos de acceso al centro capitalino.