La estructura de aprovisionamiento de armas de fuego al crimen organizado, cuyo líder es supuestamente Carlos Federico León Ocampos, dueño de la firma Comtecpar SA, tenía varias formas de operar en la compra y venta de armas a grupos criminales.
Una era al surtirse de armas potentes robadas de las fuerzas del orden de Bolivia y Argentina o simplemente del mercado negro. Eran trasladadas de estas zonas al Paraguay, pero tenía como destino final el Brasil y la frontera para los grupos criminales como el Primer Comando Capital (PCC); incluso los investigadores sospechan que también les estaban nutriendo con armas de guerra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Entre estas ventas que hacía León, según la Senad, la ametralladora antiaérea encontrada en el camión blindado que tras un tiroteo quedó en Ponta Porá, corresponde al depósito de León.
Según los investigadores, León era el cabecilla de la estructura que transportaba y vendía al mejor postor las armas a las organizaciones criminales. Las rutas del tráfico salían de Bolivia, por Argentina y de Paraguay al Brasil, o directamente de Argentina. Por tal motivo es que se investiga también a los organismos de seguridad, ya que el armamento ingresaba vía terrestre pasando por puestos de controles estatales, por lo cual en estos puntos existía algún vínculo, ya sea policías y militares. Como ejemplo, el fusil FAL que se robó al Ejército argentino, que se encontró en la casa de Villa Aurelia en Asunción, tuvo que pasar diversos puestos para que lo adquiera el imputado.
Remanentes. En la Senad también explicaron que la otra manera de nutrirse de gran lote de armas y proyectiles era cuando se traía con documentaciones legales, pero se quedaba con el excedente, especialmente con los cartuchos que las instituciones públicas, con las cuales era proveedor, no podían retirar por carecer de presupuesto.
Los remanentes en muchos casos era de venta libre, si eran cartuchos de uso civil. En lo que respecta a las armas de guerra, ingresaron por tierra, según la Fiscalía.
De acuerdo a los datos referidos al Ministerio Público, en la vivienda ubicada Rivarola Matto entre Mayor Pastore y Profesor Conradi se comercializaban armas a personas de confianza.
Fuera de la casa, las armas potentes se vendían al mejor postor, revelaron autoridades, ayer en una conferencia.
Paraguay desarrolló la industria lícita para el tráfico de armas, dijo Luis Rojas, ministro de la Senad, refiriéndose a la firma de León. Se crearon empresas que importan legalmente armas de uso civil, la comercializan legalmente pagando sus impuestos, pero parte de estas armas terminan en manos de la mafia de frontera.
La empresa de León equipó de distintos armamentos a los ministerios del Interior, Justicia, Defensa, Senad, Corte Suprema de Justicia, Servicio Nacional de Promoción Profesional, Ministerio Público y Banco Central del Paraguay.