23 abr. 2024

Analistas advierten que con Cartes se van degradando las instituciones

Milda Rivarola alertó que el carácter patotero y despectivo del presidente puede costarle electoralmente. José Carlos Rodríguez supone que el nerviosismo electoral es el que le juega en contra al mandatario.

A la fuerza.  Los militares del  Escolta  sacan  al joven de chaqueta verde de su colegio.

A la fuerza. Los militares del Escolta sacan al joven de chaqueta verde de su colegio.

En los últimos meses, el presidente de la República, Horacio Cartes, viene adoptando una actitud de extrema intolerancia hacia varios sectores de la sociedad civil que reclaman sus derechos. El mandatario aprovecha los actos proselitistas que realizan las entidades públicas a favor de Santiago Peña para despotricar contra sus detractores y críticos a su gestión.

Según los analistas políticos Milda Rivarola y José Carlos Rodríguez, esta actitud prepotente del jefe de Estado podría deberse al “nerviosismo” que generan las próximas elecciones y alertaron, incluso, que de seguir con el maltrato hacia la gente le podría afectar electoralmente al oficialismo.

“Hace un buen tiempo se viene dando una degradación sobre lo que son los derechos humanos en Paraguay, y se fue naturalizando desde las peores épocas. Creo que es la manera que tiene Cartes de demostrar que tiene poder”, sostiene Rivarola.

Añade que el mandatario “carece de una idea de lo que es un Estado de derecho y las garantías constitucionales”. Advierte que “el problema es que” dichas actitudes “se fueron normalizando, va aplicando violencia a derechos humanos sobre distintos colectivos, sobre los campesinos, los maestros, los alumnos, es decir, sobre distintos grupos desde hace un buen tiempo”.

Arremetida. Semanas atrás, Cartes no ocultó su enojo por las manifestaciones de los labriegos, quienes coparon la capital exigiendo condonación de sus deudas. Desafiante, el mandatario los trató de extorsionadores y de molestar en Asunción a la gente que trabaja. Luego los educadores se movilizaron exigiendo aumento salarial. Cartes volvió a dirigir su artillería contra los que reclaman sus derechos afirmando que son manipulados por la disidencia de su partido e incluso tildó a los sindicalistas del área educativa de usureros y de que solo se aprovechan de la necesidad de los maestros.

El viernes, minutos antes de un acto oficial en el Colegio Técnico Nacional de Encarnación, los guardias presidenciales, que cumplen órdenes de sus superiores, con abierta prepotencia e intentando impedir que docentes y alumnos hagan sus reclamos al presidente, arrancaron a los maestros y alumnos las pancartas que portaban, las rompieron y luego sacaron a la fuerza a uno de los alumnos, a quien le retuvieron y le revisaron hasta la mochila. Según la Constitución Nacional, los militares están impedidos de realizar este tipo de procedimientos.

Ese mismo día Cartes llamó sinvergüenza y ladrón al gobernador de Paraguarí, quien molesto abandonó el oficialismo y pasó a la disidencia.

No al maltrato. “Los gobiernos colorados de transición en general tienen muchísimos defectos, pero no tenían este carácter soberbio, patotero, despectivo, que puede tener efectos sobre las internas coloradas. Incluso, eso de arrear gente a las concentraciones hace mucho que no se hacía en Paraguay. Eso mismo de despreciar a sus funcionarios públicos, los gobiernos colorados antes tenían ese cuidado que no tiene este gobierno, que es agresivo, prepotente. Esto le puede costar electoralmente. El paraguayo no tolera el maltrato, puede tolerar muchas cosas, pero el maltrato no”, señaló Rivarola, y añadió que Cartes “aplica su lógica empresarial”.

Rodríguez no encuentra una explicación lógica al comportamiento soberbio y dictatorial del presidente. Dijo que los tiempos electorales que se avecinan “quizás lo ponen muy nervioso” y no acepta críticas.

“No estoy de acuerdo con su actitud, no está bien. Supongo que está nervioso por el tiempo electoral. Es el nerviosismo electoral”, señaló el sociólogo.