La doctora Mirta Mendoza, titular de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, alerta en especial el momento en que el adolescente empieza a regalar a un amigo o su hermano cosas que son de su afecto. “En ese momento está haciendo su testamento, se está despidiendo, preparándose para una decisión drástica”, enfatiza.
Diferencias. Mendoza explica que a diferencia del adulto que expresa su depresión con llanto o ánimo decaído, el joven es distinto. “Ellos se vuelven irritables, no quieren ir a la escuela, no quieren jugar”. Explica que este comportamiento suele ser confundido con un capricho. Sin embargo, señala que esas son señales de que esa persona está sufriendo y no sabe cómo expresarlo.
Especifica además que en gran parte, los jóvenes eligen contar por otro medio su sufrimiento. Para este fin suelen usar sus perfiles de redes sociales. Solo de esta manera los padres llegan a saber lo que está ocurriendo con sus hijos.
Actualmente la tendencia de muchos jóvenes es infligirse heridas cortantes en las muñecas. La profesional señala que este daño no puede ser tomado como un anticipo de autoeliminación. Explica que debido al nivel de tensión, el joven puede llegar a tener la sensación de no sentir su ser. Al realizar la herida, vuelve a tener noción de su cuerpo. No descarta tampoco que esos cortes puedan llegar a tener cierto simbolismo.
Por otra parte, revela que las situaciones de abuso y maltrato familiar están sumamente presentes como uno de los factores en los cuadros depresivos.
La titular del área cuenta también que desde hace dos o tres años, después de la depresión, el trastorno de ansiedad y de aprendizaje, las consultas por abuso y maltrato intrafamiliar van en aumento. Sugiere también a los progenitores o encargados a encarar a sus hijos preguntándoles qué les pasa.
“Sé que no es fácil, pero hay que hacerlo, deben mostrar interés. Siempre es importante escuchar y sobre todo es muy importante hacerlo sin juzgar”, acota.