Era tan hermosa que, sin haber actuado jamás, la Metro Goldwyn Mayer (MGM) firmó en 1941 un contrato de siete años con ella para tenerla en sus películas. Pero el éxito no llegaría hasta la década de 1950, con títulos como el musical Show Boat (1951), Las nieves del Kilimanjaro (1952), Mogambo (1953) y La condesa descalza (1954).
Con Mogambo, que coprotagonizó junto a Clark Gable y Grace Kelly, obtuvo su única nominación al Oscar y con La condesa descalza se ganó el apelativo con el que sería conocida para la posteridad: El animal más bello del mundo.
En ese largometraje, encarnó a una bailarina española de nombre María Vargas que encandila a un director de cine (Humphrey Bogart) que hace de ella una estrella del celuloide, un papel para el que dio clases de flamenco, asistió a corridas de toros y que le hizo enamorarse de España.
en otros países. El flechazo fue tal, que en 1955 Gardner fijó su residencia en Madrid y se dedicó a conocer el país, aprender el idioma y salir de fiesta. Allí conoció a Ernest Hemingway, y al dictador argentino en el exilio Juan Domingo Perón.
En 1968 se mudó a Londres, cuando el fisco español le requirió ponerse al día con sus impuestos. Durante su etapa fuera de EEUU, la actriz grabó una veintena de películas, dos telefilmes y una serie.
Nacida el 24 de diciembre de 1922 en Carolina del Norte, Ava tuvo un carácter desenfadado y una activa vida sentimental que incluyó tres cortos y sonados matrimonios.
La actriz solía regresar con frecuencia a EEUU por motivos de trabajo, para ver a su familia en Carolina del Norte y, en sus últimos años, también por razones de salud. Fue así, en un ingreso rutinario para hacerse un chequeo en 1986, que desarrolló la neumonía que la perseguiría hasta sus últimos días. EFE