Dos días después de la entrada en vigor de la tregua, el acuerdo alcanzado en las conversaciones en Minsk, capital de Bielorrusia, se desmoronaba con rapidez. Los rebeldes prorrusos dicen que el cese al fuego no aplica a la localidad de Debáltsevo, donde tienen rodeadas a las fuerzas gubernamentales.
Kiev reconoció el avance de los rebeldes en la ciudad y que los separatistas capturaron a algunos militares que la defendían. Ambas partes debían retirar ayer sus armas pesadas del campo de batalla, pero el Gobierno dijo que no podía hacerlo mientras los rebeldes no detuvieran su avance. Un testigo de Reuters cerca del frente de batalla dijo que los ataques de artillería sacudían Debáltsevo cada cinco segundos. “El 80% de Debáltsevo ya es nuestro”, dijo el líder rebelde Eduard Basurin.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, dijo que el avance rebelde es un ataque cínico contra el acuerdo de Minsk. Kiev negó que la ciudad, de 25.000 personas, haya caído, pero reconoció haber perdido el control en algunas zonas. El Gobierno reconoció la captura del algunos de sus efectivos pero negó los reportes rebeldes de que 300 se habían rendido.