Mendicidad sanitaria

Por Miguel H. López – En TW: @miguelhache

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Por ahí anduve escuchando y leyendo enojos porque desde la Argentina pedirán mayor reciprocidad al Estado paraguayo en la asistencia sanitaria a sus conciudadanos para compensar los gastos en que incurren ashá atendiendo a nuestros compatriotas en los hospitales públicos.

El asunto invita a una serie de observaciones y razonamientos que van desde lo humano a lo político y social.

No hay estadística real de cuántos paraguayos fueron, van y seguirán yendo al lado argentino por asistencia que les garantice, aunque sea, alivio o un escalón más de calidad en la atención médica.

Sabemos que es invalorable la ayuda que brindan los servicios de salud del vecino país. Familias pequeñas y grandes de Paraguay le deben tanto, incluyendo la vida, a esos hospitales y profesionales. La solidaridad latinoamericana no tiene una mejor síntesis que esa para demostrarse. Bajo los gobiernos y, en particular, el de los Kirchner, la atención a nuestra gente fue de alto nivel y sin requerimiento.

Entre hoy y mañana, ministros y gobernadores de la frontera común de Paraguay y Argentina se reúnen en Encarnación para analizar asuntos bilaterales. El tema que nos ocupa ya produjo una aclaración de Mariel Crespo, la ministra de Salud de la provincia del Chaco, quien explicó que no es que se les va a cobrar a los paraguayos, sino que se espera mayor reciprocidad de trato de sus compatriotas en Paraguay, que le pedirán a Cartes. Muchos paraguayos se enojaron.

Como ocurre casi con todo, siempre estamos buscando el problema afuera, que los culpables son los otros, y no miramos cómo va la cosa por acá. No es al Estado argentino al que debemos reclamarle o condenarle; es al paraguayo y al Gobierno al que debemos exigirle que cumpla su función garantizando salud pública universal y de alta calidad.

Más allá de que este requerimiento, que ya es proyección del Gobierno conservador y antisocial de Mauricio Macri, introduzca una constricción en la demanda de atención de los paraguayos, es aquí en donde debe atacarse la indolencia, incapacidad e inhumanidad de quienes gobiernan. Actualmente, la salud pública paraguaya es un asco. La gente muere como mosca o deambula enferma sin alcanzar buena atención o directamente sin lograr atención. A lo que se suma que para 2017 el Parlamento recortará unos G. 11.022 millones al presupuesto de Salud. El propio Ejecutivo había pedido reducir en casi G. 200.000 millones.

La gente no les importa. Esta realidad es la que debemos combatir, no reclamar que otro Estado nos dé lo que está obligado el nuestro. ¿Imaginan la reciprocidad que recibirán los argentinos...?

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