Condición sine qua non para mejorar la legislación, también en términos tributarios, son mayorías político-partidarias y legislativas a favor así como voluntad política en el Poder Ejecutivo. En las dos columnas anteriores se abordaron elementariedades conceptuales y se analizaron algunos pasos a dar. Forman parte de la presente, y viceversa.
Suponiendo que el ministro de Hacienda cuente con mayorías político-partidarias y legislativas a favor, se podrían establecer tasas mucho más elevadas del impuesto selectivo al consumo (ISC) sobre el tabaco y sus derivados así como sobre bebidas alcohólicas. Se sabe que ambos productos son altamente adictivos, ocasionando graves problemas de salud a sus consumidores consuetudinarios.
REFORMAR EL ISC. En el caso del tabaco y derivados, accidentes cardiovasculares y cáncer son las enfermedades más frecuentes, ocasionando más tarde o más temprano la muerte de los que fuman excesivamente así como de los que los acompañan regularmente. Por otro lado, el excesivo consumo de bebidas alcohólicas es la principal causante de la violencia doméstica y de los accidentes de carretera, frecuentemente también con víctimas fatales.
Actualmente, con las tasas del ISC más bajas del continente, la política tributaria se halla fomentando el consumo de tales productos adictivos. El costo de las instancias públicas involucradas en tratamientos de tales enfermedades, en el caso del tabaco y cigarrillos, así como para reparaciones de alumbrado público, paseos centrales, aceras y postes eléctricos, además de atención médica a los afectados, en el caso de los accidentes automovilísticos por consumo excesivo de alcohol, termina siendo mucho más alto que la recaudación del ISC sobre los mismos. Involucrados están los respectivos ministerios de Salud y de Obras Públicas y Comunicaciones, junto con los municipios. Es decir, hay pérdida neta en el presupuesto público de los mismos.
CIERTAS ACTIVIDADES NO RECAUDAN. Por otro lado, hay que hacer hincapié en deficiencias de gestión de la SET en el control del cumplimiento de las normas vigentes. Por ejemplo, es increíble que hasta ahora las actividades de los clubes de fútbol y de los futbolistas, que se hallan gravadas por el IVA, sigan sin proporcionar ingresos a Hacienda. ¡¿No lo pagan?!
Tampoco es razonable seguir manteniendo el subsidio tributario con el IVA del 4% a las ensambladoras de motos. También hay que ver cómo aumentar el IVA agropecuario del 5% al 10% cuando no se trata de pequeños productores ni de productos en estado natural.
La evasión tributaria de los grandes productores y exportadores agropecuarios, así como de las empresas transnacionales dedicadas a estos menesteres, sigue siendo preocupante. Hay que investigar si estas últimas siguen utilizando el complicado sistema de “precios de transferencia” para registrar sus utilidades en aquellos países, incluidos los paraísos fiscales, de forma tal que terminan abonando “legalmente” menos impuestos.
HACIENDA NO TIENE MAYORÍAS A FAVOR. Sin embargo, como el Ministerio de Hacienda no tiene mayorías político-partidarias a favor de dichas reformas y la legislativa es solo parcial, al titular de esa cartera de Estado no le queda otra alternativa que aplicar aumentos de tasas de impuestos sobre aquellas personas físicas y jurídicas con menos capacidad de defensa o de evasión. Es lo que se halla haciendo actualmente.
ANTE LA INCERTIDUMBRE. Dentro de este contexto y de las facultades legales ad hoc, se vuelve difícil aumentar la imposición, de una forma u otra, sobre los “productos-estrella”, tales como ciertos cereales y la carne vacuna. Pero si tampoco el Poder Ejecutivo tiene voluntad política para hacerlo cuando dichas coordenadas mejoran, dentro del estado de derecho en democracia no hay otra alternativa que seguir trabajando en más y mejor educación e información a fin de ir articulando masa crítica que con el tiempo pueda imponerse en favor de mayor justicia tributaria en nuestro país.