Lula condenado, Temer denunciado, Dilma destituida: Brasil es un caos

AFP

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Festejo. Las calles de Río se colmaron de manifestantes celebrando la condena a Lula a casi 10 años de penitenciaría.

BRASILIA - BRASIL

La crisis política no encuentra piso: en solo 14 meses cayó una presidenta, su sucesor tambalea acusado de cometer un crimen común y Lula, el hombre que puso al país en el tablero mundial, fue condenado a casi 10 años de cárcel.

En este tiempo de caos, los ciudadanos de la mayor economía de América Latina desconocen si irán a las urnas en 2018, si tendrán en cambio un presidente interino por 6 meses o si el Congreso elegirá al próximo mandatario en una elección indirecta.

Desde el miércoles, tampoco saben si el ex presidente Lula da Silva, que lidera los sondeos de intención de voto, podrá postularse nuevamente tras ser condenado a nueve años y medio de reclusión por corrupción y lavado de dinero por el juez Sergio Moro, ícono de la cruzada anticorrupción que vive el país.

Lula es el primer ex mandatario en recibir una condena por un delito común y Michel Temer, el actual presidente, es el primero en funciones en ser acusado con el mismo cargo.

Ese día a día muestra al presidente conservador Michel Temer contra la pared.

A golpes de Lava Jato. Si el caso avanza y Temer pierde su cargo, Brasil habrá tenido 3 presidentes en un año y medio. Entre tanto, muchas leyes y normas fueron reescritas al ritmo de los procesos político-jurídicos y de las conveniencias políticas mayoritarias. Y el gran motor de la agenda política fue y es la Operación Lava Jato, la investigación que reveló la cenagosa financiación de los partidos políticos y su relación tras bastidores con el poder económico. Desde que se desvendaron los desvíos de fondos públicos de la estatal Petrobras, Brasil se mueve a golpes de Lava Jato, dijo ya el ex presidente Fernando Henrique Cardoso en la antesala del impeachment de Rousseff.

Para el cientista político Michael Mohallem, hay un choque entre una forma atávica de hacer política y un funcionamiento inédito de la Justicia.

Con todas esas incertidumbres del presente, las elecciones de 2018 aparecen como un horizonte difuso.

Temer lucha contrarreloj por sobrevivir y apuesta a su alianza con el Congreso.

Mientras tanto, las intrigas sobrevuelan Brasilia desde que la Fiscalía General dividió su denuncia en tres partes y puso en jaque al jefe de Estado.

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