El drama de los raudales, consecuencia de crecer sin planificación ni respeto a la naturaleza

Dos expertos analizaron la crítica situación de los raudales y desbordes de arroyos que se registran cada vez que caen intensas lluvias. Las catástrofes por falta de políticas de planificación e infraestructura no solo provocan inundaciones, sino que se cobran vidas.

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En cinco meses, cuatro personas murieron a consecuencia de raudales en el Departamento Central.

Imagen: Edición ÚH.

Alejandro Buzó, especialista en gestión de riesgos naturales y jefe de Prevención de Incendios de la Municipalidad de Asunción, realizó un hilo en la red social X sobre el drama de los raudales que nuevamente provocaron una tragedia en Luque, donde una madre y su hija murieron.

Sostuvo que la falta de conciencia, leyes que protejan el ausentismo en días de clima extremo y una débil o tal vez desfasada infraestructura pluvial “ya nos cuestan demasiado, y seguiremos perdiendo vidas y bienes”, advirtió.

El especialista apuntó, en primer término, a dejar de luchar contra el agua y luego hizo hincapié en que los sistemas de drenaje tradicionales “no están resolviendo los problemas” que proponen los fenómenos climáticos severos, como la impermeabilización excesiva, sumideros y canales insuficientes, entre otros.

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“Buscar resultados distintos haciendo lo mismo no es efectivo ni inteligente”, afirmó.

Por ello, Buzó planteó administrar las inundaciones urbanas a través de la planificación territorial y la prevención.

“La idea de ciudades resilientes debe ir con acciones concretas y proyectos que, por ejemplo, desarrollen el concepto de ‘ciudades esponjas’, con franjas de vegetación, con la idea de ‘parques acuáticos’ que permitan inundarlos en días de lluvia filtrando el agua y ralentizar su fuerza”, enfatizó.

Sobre cómo logar la creación de ciudades resilientes, el experto hizo mención a una correcta planificación y apuesta a futuro.

De acuerdo con Buzó, la solución va por planificar zonas donde sí queremos que se inunde, crear una red de canales a cielo abierto en reemplazo de los sumideros y tuberías subterráneas, techos verdes y pavimento impermeable.

Mientras la ciudadanía debata sobre la problemática y exija una planificación, aconsejó tener en cuenta el pronóstico de tiempo, evitar exponerse a las tormentas y tener en los vehículos una cuerda que “tal vez, un día, nos salve la vida”.

“Avanzamos sin respetar los recursos hídricos”

Por su parte, Ricardo Merlo, especialista en derecho ambiental, afirmó en comunicación con Monumental 1080 AM que “el mayor problema que tenemos es que avanzamos sin respetar los recursos hídricos”.

Sobre la línea, explicó que tocamos, rellenamos los arroyos y celebramos cada vez que se construyen los muros de contención, a pesar de tener vigente la Ley 4241 “De restablecimiento de bosques protectores de cauces hídricos dentro del territorio nacional”.

En muchas zonas del país se construyen viviendas al borde del arroyo, se talan los árboles y “al no tener cobertura boscosa en ciertos lugares, el agua va golpeando”, apuntó.

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Asimismo, mencionó que se construyen muros de contención; sin embargo, el agua no encuentra un sistema de filtración y adquiere mayor fuerza.

“Sin bosques protectores, la velocidad de agua es cada vez más grande y el volumen se va incrementado porque no permea el agua. Incrementamos volumen, incrementamos velocidad y tenemos catástrofes”, subrayó.

“La realidad es que no respetamos los recursos naturales y evidentemente esa es la consecuencia”, acotó.

El otro problema que contribuye a esta problemática, siguiendo el análisis de Merlo, es que las inmobiliarias compran tierras en zonas bajas o inundables, proceden a secar y después presentan al comprador una tierra en donde uno se puede instalar sin problemas.

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Después “nos encontramos con poblaciones enteras llenas de agua como si fuera que están en el medio del río”, manifestó.

Merlo, además, trajo al debate el impacto acumulativo que generan las obras realizadas en una zona en específica.

En ese sentido, habló de que las evaluaciones de impacto ambiental estratégico se deben analizar como “un todo y no lote por lote”.

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