Desprendimiento para seguir a Cristo

El Evangelio de la Misa nos narra la llamada de Cristo a cuatro de sus discípulos: Pedro, Andrés, Santiago y Juan.

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La renuncia que pide el Señor ha de ser efectiva y concreta. Como dirá más tarde el mismo Jesús, es imposible servir a Dios y a las riquezas. Si renunciamos a la propia vida por Cristo, con más motivo hemos de hacerlo con los bienes pasajeros que, en definitiva, duran poco y valen poco.

El desasimiento cristiano no es desprecio de los bienes materiales, si se adquieren y se utilizan conforme a la voluntad de Dios, sino hacer realidad en la propia vida aquel consejo del Señor: Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura.

La pobreza del cristiano que se ha de santificar en medio del mundo está muy ligada al trabajo del que vive y sostiene a su familia; en el estudiante su pobreza se relaciona con un estudio serio y un tiempo bien aprovechado, con la clara conciencia de que contrae con su formación una deuda con la sociedad y con los suyos, y que debe prepararse con competencia para ser útil; la pobreza de la madre de familia estará íntimamente unida al cuidado de su hogar, de la ropa, de los muebles..., para que duren, al prudente ahorro, que la llevará a evitar los caprichos personales, al examen de calidades en lo que compra, lo que supondrá en ocasiones recorrer más de una tienda, comparar precios... Y en relación a los hijos, ¡cómo agradecen luego el haber sido educados con esa cierta austeridad, que entra por los sentidos y que no necesita demasiadas explicaciones cuando se ve hecha vida en los padres! Y esto aunque se trate de una familia de posición desahogada. Los padres les dejan una gran herencia cuando descubren que el trabajo es el mejor y más sólido capital, cuando muestran el valor de las cosas y enseñan a gastar teniendo en cuenta las necesidades que padecen muchos en la tierra, cuando les educan para ser generosos.

“La idolatría y la hipocresía también aparecen en la vida cristiana. El papa Francisco ha advertido contra ambos “vicios”, durante una homilía celebrada en la Casa Santa Marta. Para no ceder a la insidia de estos pecados, ha dicho, es necesario poner en práctica los Mandamientos del amor a Dios y del amor al prójimo.

Convertirnos en apóstoles de nuestras propias ideas, o devotos del propio bienestar antes que Dios. Hablar mal de alguien que no se adapta a ciertos formalismos, olvidando que el mandamiento “nuevo” del cristianismo es el amor al prójimo incondicional. Una vez más, la liturgia de la Misa invita al papa Francisco a una reflexión sobre las trampas que hay en la vida de fe. El Papa parte de las palabras de San Pablo para estigmatizar el pecado de la idolatría, el de las personas que –con palabras del Apóstol: “incluso conociendo a Dios no lo han glorificado ni alabado como Dios”, prefiriendo adorar a las “criaturas antes que a Dios”.

Si San Pablo define como necios a los idólatras, en el Evangelio de hoy, Jesús hace lo mismo con los hipócritas, personalizados en el fariseo que se escandaliza porque el Maestro no se ha lavado como tienen por costumbre antes de sentarse a la mesa. “Vosotros, fariseos –replica Jesús– limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero vuestro interior está lleno de avidez y de maldad”. Y añade: “Dad, más bien, en limosna lo que hay dentro, y he aquí que para vosotros todos se hará puro”.

“Jesús aconseja: no miréis las apariencias, ir hacia la verdad. El plato es plato, pero lo que es más importante es lo que está dentro del plato: la comida. Pero si tú eres vanidoso, si eres un arribista, si eres un ambicioso, si eres una persona que siempre se envanece o te gusta aparentar, porque te crees perfecto, haz un poco de limosna y eso curará tu hipocresía. Este es el camino del Señor, adorar a Dios, amar a Dios, por encima de todo y amar al prójimo. ¡Es muy sencillo, pero muy difícil! Esto solo se puede hacer con la gracia. ¡Pidamos esta gracia!”.

(Frases extractadas del libro Hablar con Dios de Francisco Fernández Carvajal y http://www.aleteia.org/es/religion/noticias/papa-francisco-si-te-crees-perfecto-haz-limosna-y-eso-curara-tu-hipocresia).

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