Tras mucha expectativa, finalmente, declaró ayer ante las juezas, Ezequiel de Souza, en el juicio por el Operativo Águila Negra. Ratificó que no mintió en el denominado narcoaudio, donde había hablado del asesinado el miércoles, Jorge Rafaat, señalando que este daba el dinero para las coimas a los jueces, fiscales, policías y militares. Ya recuperado de la afección médica, De Souza declaró. Manifestó que nació en Salto del Guairá, que trabajó para su padre hasta los 28 años. Luego se dedicó a un negocio de electrodomésticos en Ciudad del Este.
Alegó que en el 2011 perdió su trabajo por su irresponsabilidad, y con ello, a sus familiares y amigos, donde habló de varios acusados. Contó que era adicto al alcohol y las drogas. Refirió que conoció a varias personas, entre ellas, Martín Matiauda, quien le pidió que sea informante. Incluso, citó a Víctor Benga y Avelino Valdez, con quienes se entrevistó en Santa Rosa del Aguaray.
Dijo que luego vino a Asunción, donde habló con Luis Rojas, Silvio Amarilla, Manuel Armarien, y agentes de la DEA, donde aceptó ser informante. Afirmó que hizo muchas delaciones y donde fue varias veces preso. También que traían drogas. Remarcó que en la última ocasión, debía llegar una carga de 3.000 kilos de cocaína, que era el objetivo del Operativo Águila Negra.
Citó a varios acusados, como Ramón Livio, Jair Patene, Hugo Paredes y el Indio, que no tenían nada que ver con la carga, sino que eran simples trabajadores. Acotó que el operativo se filtró y que recibió amenazas de muerte. Habló del accidente de aviación. Que la droga era de un boliviano, y que un ecuatoriano era el que debía recibir en el Paraguay.
Indicó que la droga iba a salir por el puerto San Antonio para Inglaterra. Apuntó que dio todos los datos a la Senad, y que se hizo el operativo.
Quitó responsabilidad a varios de los procesados. Habló de Domingo Maldonado, también. El mismo fue consultado luego por los defensores. Tras culminar la indagatoria, hubo alegatos finales.