Paraguay es el país del contrabando. Por algunos productos exportados masivamente en forma ilegal nuestro país ya tiene pésima imagen en varias partes del mundo. Ejemplos lamentables son el tabaco y derivados. Siendo nuestra economía tan pequeña, inferior al 1% del PIB en el Mercosur, ampliado y apenas el 0,1% del mundo vinculado en comercio exterior a Paraguay, aproximadamente 12% del contrabando de cigarrillos a escala planetaria tiene origen en nuestro país. Una gran parte del tabaco introducido a Brasil de contrabando proviene de aquí también. Involucrados en este comercio ilegal se hallan no solamente ciudadanos paraguayos, sino de todas las nacionalidades, tampoco solo de Brasil y Argentina.
“EL PRECIO DE LA PAZ”. Esa es la expresión utilizada durante el tercio de siglo de la dictadura de Alfredo Stroessner para fundamentar la proliferación del contrabando en Paraguay. Era canjear favores y chantajes políticos con beneficios económicos. No es un descomunal ilícito solo del pasado cercano. No, también del lejano y de hoy en día. El contrabando siempre está en auge por encima de los tiempos y de los gobiernos. Era y sigue siendo numerosa la gente involucrada, tanto desde el sector público como desde el privado. Y está firmemente arraigado en nuestra mentalidad.
Algunos contrabandistas son meros consumidores de bienes básicos de la canasta familiar, habitantes de frontera, que sacan provecho del desnivel de precios entre un país y otro, yendo y viniendo diariamente. Otros son paseros, microempresarios de frontera, que realizan sistemáticamente contrabando de exportación e importación, en pequeñas cantidades. En conjunto forman el “contrabando-hormiga”. Con enormes desniveles de precio, hoy en día por grandes diferencias cambiarias con Argentina, este tipo de contrabando es casi imparable. Son grandes segmentos poblacionales de minicontrabandistas y de consumidores de productos contrabandeados, que viven no solo a lo largo de la frontera, sino por todo el país.
PEOR ES EL MEGACONTRABANDO EMPRESARIAL. Mucho más dañino para el país es el megacontrabando de productos de comercialización normal y corriente, realizado por contenedores, camiones y acoplados. Este es el tipo de contrabando empresarial que debe ser frontalmente combatido, con tolerancia cero. Las estimaciones del contrabando, en volumen y en dinero, realizadas sobre este tipo de contrabando gigantesco son tan burdas como enormes. En algunos productos, el comercio ilegal es igual de grande o aún mayor que el legal.
Existen tecnologías para combatir el megacontrabando. Se hallan disponibles en países vecinos, con fronteras más extensas que las paraguayas, que han demostrado que se puede combatir exitosamente el comercio ilegal.
EL CONTRABANDO DE LAS MAFIAS. Mucho más perjudicial aún que el “contrabando-hormiga” y el megacontrabando de productos de comercialización permitida son las mafias del contrabando de productos de comercialización expresamente prohibida, como el de drogas, armamentos, rollos de madera, medicamentos con plazos vencidos, pieles silvestres, etc. No solamente por lo ilegal y por las grandes magnitudes de este tipo de contrabando, sino por tratarse de armas para atacar instituciones democráticas, que cobran vidas humanas; o de productos dañinos para la salud o de la exportación de rollos de madera que provienen de la deforestación masiva en nuestro país, destruyendo nuestro hábitat natural.
Este es el megacontrabando múltiple que más perjudica a la economía, a la sociedad y a las instituciones democráticas. La transnacional organización de este tipo de delitos está requiriendo una también organización internacional de países, interesados todos en por lo menos la reducción en el comercio ilícito de esos productos atentatorios a la vida humana y altamente nocivos tanto para la salud como para el hábitat.
(*) RS&A