Condenado paseaba con sus víctimas como enamorados antes de violarlas

El hombre enfrentará otros siete juicios por abuso sexual. Su modus operandi era similar en todos los casos. Los informes siquiátricos comprobaron que no es apto para vivir en la sociedad.

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La Fiscalía comprobó que J.E.P. (30) condenado recientemente a 25 años de cárcel, era un abusador en serie que salía a buscar a su víctima por la calle. Según explicó la fiscala Egidia Gómez, el hombre tenía un modus operandi similar en las ocho denuncias que tiene en su contra: “Su modo de operar era así: le veía a uno caminando, e iba girando hasta que encuentre un momento en donde ni había nadie alrededor de la víctima y se acercaba y le decía esto es un asalto, se bajaba de la moto y decía tengo revólver, te callás”, detalla.

Lo llamativo del caso es que la víctima no veía el arma, con ese dicho lo intimidaba. Lo que le identificó en cada caso era su casco blanco.

“A su víctima le hacía atajar su casco —señala Gómez— y le decía que iban a fingir ser pareja y andaba a caminar”.

“Le abrazaba hasta que encuentre un baldío, entraba y sometía sexualmente a sus víctimas. Eso hizo en todas las otras ocasiones, su misma forma”, explica la fiscala.

PRIMER CASO. El hecho por el cual ahora fue condenado ocurrió el 2 de julio del 2018, en Villa Elisa, contra una adolescente.

Luego se sucedieron los abusos.

En los últimos abusos cometidos se manejaba con una moto Kenton azul y utilizaba una camiseta de Paraguay número 9, que fue incautada en uno de los allanamientos.

Hoy el hombre tiene causas en San Lorenzo, en Fernando de la Mora, también en Ñemby y Villa Elisa. Recién en uno fue llevado a juicio oral y en los demás siete está esperando ser juzgado.

La pena dada fue 15 años —la más alta—, más 10 de seguridad, otorgado por el Tribunal conformado por Carolina Bernal, Julio López y Juan Carlos Rocholl.

Según explica la fiscala Gómez, que llevó el caso por el Ministerio Público, “nunca en Paraguay se dio a un abusador en serie la medida de seguridad más alta, por eso fue mediática la condena”.

La interviniente explica que su informe siquiátrico ayudó a obtener la pena, ya que en él se informa que el joven no es apto para vivir con la ciudadanía.

El informe concluyó que el hombre odia a las mujeres, tiene apatía por ellas y que, además, presenta problemas sexuales no identificados.

El 10 de junio de este año un tribunal lo encontró culpable y lo condenó a dicha pena, la más alta dada a un violador en serie.

CASOS EMBLEMÁTICOS

Ex oficial. Un ex policía conocido como violador en serie obtuvo su séptima condena por abuso sexual en el 2016. Uno de los anteriores juicios fue por una denuncia por haber ingresado a una peluquería y abusar de todas las mujeres presentes, además de despojarles de sus pertenencias.
Supuesto mánager. Un hombre de 52 años fue detenido el año pasado en Mariano Roque Alonso, tras tener varias denuncias por hacerse pasar por un manager de una cantante paraguaya y así captar a sus víctimas y abusar sexualmente de ellas.
Embaucador. Un supuesto violador serial fue detenido en octubre del 2018, y contaba con 18 órdenes de captura. De acuerdo con investigaciones, sus víctimas eran jóvenes menores de edad, a quienes les embaucaba, las llevaba al Chaco y abusaba de ellas. Cuenta con antecedentes por asalto, violación y asesinato.

La Cifra: 344 denuncias por abuso infantil y de adolescentes ingresaron desde enero a abril de este año, de acuerdo con el reporte del Ministerio de la Niñez (Minna)

Llevan vida estable, según sicóloga
De acuerdo con la sicóloga Aramí Ferreira, el perfil de un abusador serial se configura desde su infancia, y no es fácil de ser reconocido por sus posibles víctimas.
“Son personas que disimulan estas emociones que tienen ocultas. Un violador en un inicio puede haber sido una víctima, o testigo de abuso”, detalla.
Informa, además, que no se puede hablar de un único perfil, pero hay indicios que son comunes entre los abusadores en serie, y generalmente, llevan una vida “estable”, incluso tienen pareja, hijos y amigos.
Una de sus características es que buscan víctimas menores o aquellas a quienes ven como más débiles, pero no sienten empatía por ellas.
Según Ferreira, es habitual que culpen a las víctimas de haber provocado en cierta manera el abuso.

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