Clara Franco: “Las autoridades tienen que escuchar a los artistas”

Su nombre es referencia en el humor nacional. Sin dejar de lado su faceta cómica, Clara Franco expone su perspectiva sobre asuntos serios, como la política, la educación, entre otros temas.

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José Madai
@josemadai

Estrella de Hollywood, medica veterinaria, abogada, embajadora, fueron algunas de las profesiones que le pasaron por la cabeza antes de ingresar a la radio a los 18 años, desde donde empezó a forjar conducida por el humor, una trayectoria que la convirtió en sinónimo y referente de la comedia nacional. Tanto con sus personajes como en los programas que protagonizó, Clara Franco no solo logró encarnar sus anteriores opciones de profesión sino que también a destacadas figuras de esos y muchos otros ámbitos de la sociedad, abordando a su manera la realidad nacional.

Poder vivir del humor para ella es “increíble”. Actualmente, además de participar en programas de Telefuturo como Vive la Tarde, tiene su espacio radial en Palma FM 106.5, junto a Gustavo Cabañas. “Yo estudié declamación, canto, teatro y siempre me gustó esto”, señala al recordar su infancia y compartir que desde temprano el arte le estuvo rondando. A pesar del apoyo de sus padres, siempre le decían a ella y su hermana que tenían que “ser profesionales” y buscarse una profesión, “porque es muy sufrido ser artista”; y por esa razón barajó diversas opciones laborales, pero el humor sonó más fuerte.

“Me surgió la posibilidad de trabajar en la radio, eso fue para mí increíble, tenía que ser seria y hacer personajes a la vez, tenía 18 años más o menos”, describe sobre su primer contacto con los medios de comunicación. Tiempo después pasó a la tevé, en la que, solamente en el canal Telefuturo, sigue hace 22 años. En canal 4 se encontró con una proyección nacional, principalmente ante el fenómeno Telecomio, el programa de humor que revolucionó la televisión, en el que encarnó a figuras de nuestra fauna y flora cultural, social y política.

“¡Mamá querida, pe’a piko la fama che Dios!, casi me morí porque no entendía lo que pasaba”, exclama Franco al recordar la repercusión que tuvo Telecomio en sus inicios, programa en el que ofrecían sketch sobre publicidades, hacían parodias de otros formatos de televisión y presentaban sus imitaciones, tanto de figuras de la tevé como del Estado. “Llegamos a andar con guardias y todo, hasta ese punto llegamos por meternos con política y gente conocida”, rememora.

Crítica. A pesar de que la principal intención del programa era el humor, Clara manifiesta que los sketchs eran el espacio que encontraban los humoristas para abordar las inquietudes que sacudían a la sociedad y emitir una crítica social sobre asuntos que a pesar del paso del tiempo continúan tan vigentes como en los años en los que fue emitido el formato televisivo.

“Tirábamos muchos mensajes en Telecomio, hacíamos los musicales donde decíamos un montón de cosas, quejas y quejas. Hoy busco esos videos de antes y todo sigue vigente”, rememora al aludir a la función de hacer visibles a través de la comedia ciertos asuntos, al mismo tiempo de destacar el carácter movilizador del mismo. “A través del humor o de personas que trabajan con eso y que vayan a manifestarse o decir cosas, la gente se va animando también. Yo creo que el humor es una cosa seria”, sentencia.

La humorista comenta que al inicio el programa no solo generó resistencia de los anunciantes, sino también de figuras imitadas, entre ellos del ámbito político. Sin embargo, con el pasar del tiempo, y debido a la repercusión del programa, algunos de estos vieron una oportunidad de exposición y se animaron a reclamarles a los cómicos parodias sobre sus figuras.

“Al primer año nos demandaban, nos denunciaban, nos amenazaban, nos hacían pedazos y después ya nos pedían que le hagamos publicidad. Los políticos nos decían: “¿Y no me vas pio a remedar?”, porque la gente que se reía y tomaba bien, se ganaba el corazón del pueblo. Por ejemplo, Fernando Lugo fue el primero en salir con su naco y su zapatilla frente a su casa cuando fue electo presidente a celebrar con nosotros”, rememora.

Política. Pero para ella, esa cercanía de los políticos para llegar a la gente no debe limitarse solamente al humor, y considera que el acercamiento con la propia realidad y sus protagonistas es fundamental, tomando como ejemplo la necesidad de potenciar el arte en el país. “Las autoridades tienen que escuchar a los artistas, es muy importante saber de qué se trata y que se le ponga a personas idóneas en los puestos; por ejemplo, conozco gente que no es la ideal para tal cargo, pero por lo menos que aprenda, que sepa, que se prepare”, manifiesta.

Sobre la realidad social actual, la humorista se muestra abrumada. “Hay demasiada diferencia y necesidad por todos lados, por ejemplo, hoy los libros la criatura tiene que corregir había sido, ‘mamá!’. Estamos en la lucha, muy en la lucha, lejos de otros países, de ser limpios, de no tener dengue, de no tirar basura, ipuku. Ay, Dios mío, yo lo que haría. ¡¿Para qué luego me preguntaste?!”, exclama.

Al ser consultada si en algún momento pensó en incursionar en la política, teniendo en cuenta su popularidad y aceptación, la humorista confiesa que ya le extendieron esa invitación. “Yo he tenido propuestas, pero dije: ‘Esperá un poco, voy a saber primero de qué se trata, voy a prepararme, tener experiencia, edad y ganarme el respeto en esta área para poder dedicarme a esto’. Creo que los políticos o las personas que quieran ganarse el corazón del pueblo, tienen que saber lo que la gente quiere y necesita”, sentencia.

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