Basuras de otros se convirtieron en verdaderas obras de arte en Cateura

REUTILIZABLE. Las mujeres del Bañado han demostrado que de la basura podemos obtener materia prima para crear bellas piezas de joyería de primer nivel.

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Vincent Van Gogh decía: “Jamás hay que dejar apagar el fuego de tu alma, sino avivarlo”. Y eso lo tienen muy en cuenta en su día a día las mujeres del Bañado Sur, que el pasado viernes 16 y sábado 17 de julio presentaron más de cien piezas de arte contemporáneo, únicas, exclusivas, inspiradas en los colores propios de la tierra y el fuego. Se trató de la tercera edición, denominada Fuego, en la cual transmitieron el calor abrasador y purificador de este elemento.

RECICLABLE. La colección otoño-invierno estuvo hecha con elementos reciclados. La materia prima fue obtenida de los desechos provenientes del vertedero del barrio Cateura, convirtiendo la basura de otros en verdaderas obras de arte, y este desafío estuvo bajo la tutela del diseñador de joyería de alta costura Abel Morel, quien fue invitado por Mil Solidario. “Llevamos un año y medio trabajando con este proyecto superlindo, son nueve chicas que están en el taller y es increíble su trabajo”, menciona.

La colección presentada estuvo confeccionada con el 90% de los materiales reciclados de cobre y cuero, y manejaron los tonos de estación, como verde, marrón y amarillo.

El diseñador destacó el talento que tienen las mujeres del Bañado y su entrega a este proyecto. “El talento que hay en el Bañado es increíble, falta que le den más oportunidades a las mujeres”, indicó.

AUTOESTIMA. Sara Gaona es una de las nueve mujeres que presentaron sus trabajos, de gran aceptación por el público. Madre de tres hijas, vive en concubinato desde hace 22 años, realizó cursos de cocina y manicura, con lo cual saca adelante a su familia.

Comenta que nunca imaginó tener una oportunidad como esta, que la ayuda a generar nuevos ingresos. “Cuando llegué me entró mucho miedo, pensando si a la gente le va gustar, pero ya con la colección anterior me halagaron mucho y me pidieron fotos y eso me levantó la autoestima”, refiere.

La mujer explica que los materiales utilizados son el cuero, latón, cobre. “El profesor nos da los bocetos y de acuerdo con lo que tenemos, hacemos estas cosas únicas en su tipo”, añade. Los trabajos pueden durar de cuatro horas a dos días, dependiendo de la complejidad de las piezas. “Nosotros salimos a reciclar, gracias a Dios la materia prima abunda en el bajo y en Cateura hay de todo”, menciona.

“Como bañadense la gente nos tiene miedo, no todos somos iguales, nunca es tarde, y cuando hay oportunidades se debe aprovechar, si a lo mejor no naciste con ese don, se aprende por el camino, te hacés para salir adelante”, sentenció.

PERSEVERANCIA. Cinthia Oviedo vive hace 40 años en el bajo, tiene tres hijos y uno de ellos con discapacidad. Cuando le comentaron sobre la primera charla del proyecto estaba en otros cursos de moño y forrado de bombillas. Después de participar de los conversatorios se animó y ahora está más que satisfecha. “Tenemos el gusto de tenerle al profesor Morel, quien nos enseñó a armar las piezas, la primera vez me rebané el dedo con un latón y le dije que no iba a poder, ahora ya aprendí”, menciona.

Se considera la más charlatana de todas. Le tomó casi un año aprender a confeccionar los collares y hasta hoy día se sigue capacitando y agradece la paciencia del profesor Abel. “Cada vez hacíamos cosas más lindas, me gusta trabajar con el cobre, realmente nunca pensé tener esta oportunidad”, agrega.

Para Cinthia no solo es aprender a confeccionar joyas, sino aprehender lo que significa el compañerismo, la tolerancia, la perseverancia y, por sobre todo, a trabajar con paciencia. Espera que sigan por buen camino y deja un poderoso mensaje: “Cuando uno es pobre no hay impedimento para salir adelante, por más hijos que tengas, uno de abajo puede empezar”, indicó.

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