Analista cree que crecimiento puede llegar a superar expectativa negativa

Rubén Ramírez considera que la economía puede crecer más del 0,7% si el sector energético y el agro aprovechan la demanda en el segundo semestre. Extensión del aislamiento jugará en contra.

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El crecimiento de la economía paraguaya puede repuntar a partir del segundo semestre y ser superior a la última revisión hecha por la calificadora Moody’s, según la opinión del analista económico y asesor de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), Rubén Ramírez Lezcano.

En su informe publicado días atrás, la firma internacional de riesgos ajustó a 0,7% la proyección de nuestro país para el 2020. Su estimación anterior hablaba de un 3,5%, ya por debajo del 4,1% que estima el Banco Central del Paraguay.

Si bien Moody’s sostiene que el recorte se dará por las pérdidas generadas por la estrategia de contención de la pandemia y factores externos, para Ramírez Lezcano esta situación se puede rever si es que la agricultura y el sector energético aprovechan la alta demanda que se dará a partir del segundo semestre, convirtiéndose en los motores principales de la reactivación.

Explicó que la producción agrícola y energética está teniendo números muy alentadores, y atendiendo que en este periodo de cuarentena y aislamiento mundial las reservas internas están agotándose, es de esperarse que estos productos sean muy demandados en los próximos meses.

Consideró como fundamental que estos dos sectores tengan las condiciones y las oportunidades para aprovechar ese momento.

“Podemos ser optimistas en que estos dos motores puedan llevar a una curva de crecimiento más importante, recuperándose hacia el segundo semestre. Las obras públicas también son importantes, porque la inversión en infraestructura puede influir en la ocupación de la mano de obra y su efecto redistributivo, pero en la medida en que este nivel del aislamiento siga ese va a ser un motor más lento”, manifestó.

Barreras. Para Ramírez Lezcano, sin embargo, hay también varios factores que atentan contra la previsión optimista del crecimiento y podrían implicar una desaceleración más drástica que la actual.

El analista económico subrayó que la principal barrera podría ser que el coronavirus siga avanzando y la enfermedad no pueda ser contenida, lo que implicará necesariamente que se prolongue por más tiempo el aislamiento social.

La extensión de las restricciones, a su criterio, ampliarán también la crisis actual de la demanda, la logística y todo lo que trae consigo la movilización productiva.

Añadió que otro de los inconvenientes tiene que ver con los créditos. Recordó que el año pasado el sector agropecuario en su conjunto registró millonarias pérdidas que intentaron ser paliadas con medidas transitorias de apoyo que implementó el Gobierno Nacional.

Equilibrio. De acuerdo con el análisis hecho por el asesor de la CAP, para encontrar un equilibrio entre la necesidad de un repunte económico y la urgencia de contener el avance del coronavirus, es fundamental que se tomen medidas urgentes en cuanto a la demanda, la liquidez del sistema financiero y las soluciones al problema de solvencia o riesgo de crédito.

En ese sentido, enfatizó que se deben impulsar mecanismos para asistir a quienes dejaron de tener ingresos y evitar quiebres de empresas y desempleo, para que el IPS asegure sus depósitos en el sistema financiero y para crear fondos específicos para empresas o para la adquisición de carteras. Asimismo, consideró que puede ser importante contar con un fondo de garantías para resolver la imprevisibilidad en el acceso a los créditos y que las cláusulas del financiamiento puedan ser contempladas a condiciones más favorables.


El 2019 cerró con nula variación

La economía paraguaya concluyó el 2019 con una estimación de crecimiento de su producto interno bruto (PIB) del 0,2%, según datos del Banco Central del Paraguay (BCP). Esta es la cifra más baja desde 2012, cuando el PIB del país cayó a 0,5%.Tanto la agricultura como la ganadería acumularon dos trimestres en negativo, con mayor incidencia en la primera, y mostraron mejoras en el tercer trimestre, aunque insuficientes para contrarrestar la caída sufrida entre enero y junio. La temporada de lluvias también retrasó la ejecución de la inversión en infraestructuras e hizo que se resintiera el sector de la construcción.

El Gobierno lanzó a mitad de año un plan de reactivación de más de USD 1.500 millones, pero no logró el repunte esperado.

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