La carga enviada de plasma sanguíneo excedente (no convaleciente) en la cantidad total es de 10.050 unidades de plasma fresco congelado, que retornará al país en forma de medicamentos hemoderivados.
El plasma es uno de los componentes de la sangre y el excedente es aprovechado como materia prima para la producción de medicamentos hemoderivados, indicados en pacientes críticos de terapia intensiva, pacientes con Guillain-Barré, con deficiencia proteica, insuficiencia renal y trasplantados.
COSTO Y BENEFICIO. “Los plasmas serán convertidos en medicamentos costosos que van de entre G. 400.000 y G. 1.000.000, por lo que esta experiencia será sumamente positiva para los pacientes que lo necesiten en esta parte del país. Son medicinas que beneficiarán a cientos de pacientes”, explicó la doctora Magdalena Insfrán de Martínez, responsable del Hemocentro de Ciudad del Este.
La profesional comentó que este plasma se convertirá en medicamentos, como anticuerpos, inmunoglobulinas, también en factores de coagulación.
“Que realmente va a hacer muy bien a nuestros pacientes. Hay otros medicamentos que también se pueden elaborar, pero principalmente son esos lo que nosotros vamos a recibir”.
El retorno se tiene por lo general entre dos y tres meses. “Retornan ya como medicamentos. Eso se recibe en el Programa Nacional de Sangre, en el Ministerio de Salud y se distribuyen después a las diferentes regiones sanitarias”.
La primera exportación se concretó en octubre del año pasado desde el Hemocentro de Ciudad del Este, que funciona en el Hospital Integrado del Instituto de Previsión Social-Ministerio de Salud. En aquella oportunidad fueron enviados 5.400 unidades de 200 ml de plasma.
REGISTRADOS. Explicó que la distribución de los medicamentos ya está preestablecida. “Son pacientes que están muy bien identificados, los hemofílicos, entre otros, están registrados, entonces directamente ya se les envía el medicamento y la dosis que deben tener para mantenerse bien y puedan tener una vida normal”.
Las muestras se procesan en Argentina, en la Facultad Nacional de Córdoba, donde existe una planta de hemoderivados. “Los países de Sudamérica están enviando a la planta hace muchos años y nosotros como país desde el 2015 y Alto Paraná ahora lo hace por primera vez. Es con el Ministerio de Salud Pública”.
Antiguamente la falta de una cámara de frío, hacía que tras un cierto tiempo los plasmas sean desechados.
“Por eso, hace tiempo ya queríamos mudarnos acá, porque contamos con la cámara donde se mantiene el plasma a 30 grados bajo cero, antes lo teníamos en congeladores, pero al cabo de cierto tiempo teníamos que desecharlos, ahora eso se aprovecha al máximo y se van a convertir en medicamentos”.